Capítulo 9

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Parecía que despertarme junto al castaño se había convertido en algo normal, aunque en ésta ocasión, fue en mi habitación.

Sostenía su cabeza con ambas manos, producto de la migraña e incluso un poco de remordimiento. En la madrugada, solamente tomamos la decisión de huir y eso era todo lo que queríamos, sin tomar en cuenta que ambos habíamos bebido.

—Me siento pésimo, no solamente quebranté la ley, sino que pudimos morir— lucía demasiado preocupado, pero era inevitable encontrar la situación tan graciosa.

—Pero no pasó nada, más bien deberías sentirte pésimo por el dolor de cabeza.

Salí de la habitación y me encaminé a la cocina, en donde busqué una pastilla y llené un vaso con agua para llevárselo, el cual recibió gustoso al recostarse en el respaldar de la cama.

—Hay algo que me molestó bastante; al idiota ese no le bastó con robarse mi novia, sino que también intentó hacerse el héroe frente a mi amiga —colocó el vaso sobre la mesita de noche.

—Es mi ex novio.

Hizo una mueca bastante divertida, probablemente sintió que había metido la pata y que era un completo idiota.

—¿Qué es lo que ven? —se aclaró la garganta e intentó no verme a los ojos.

—Antes era un chico lindo. Fui su primera novia y él fue mi primer novio, seguramente fue por eso, pero ya sabes... cuando te vuelves novia de un chico que tal vez no es tan atractivo, todas comienzan a acosarlo. Se hizo más vanidoso y se le subió el ego, pero debo aceptar que su apariencia sí había mejorado.

—¿Lo terminaste?

—Por supuesto, comenzó a engañarme, meterse en problemas e iba de fiesta en fiesta, eso es contradictoria, ahora hago exactamente lo mismo. Unos cuantos meses después, se cansó de todo e intentó buscarme, pero ya no era un chico dulce y atento, sino que un idiota.

—Supongo que para ella fue el cliché de chico malo que la mayoría desea.

—Se lo perdió, porque creo que son mejores los chicos buenos —le hice un guiño y él me lanzó una de las almohadas, mientras sus mejillas se enrojecían.

—¡So Hee! —la puerta se abrió de pronto, dejando expuesta a mi mejor amiga, quien no sabía qué más decir.

—¿Necesitas algo?

—No, no... yo. ¿Están vestidos? —preguntó con sorpresa, lo que me indignó.

Nunca llevaba a chicos a nuestra casa, y que dijera eso frente a Jungkook hacía las cosas peor, ¿qué pensaría de mí? Era consciente de la probabilidad que no tuviese una imagen tan buena respecto a mí, pero tampoco era para tanto.

—¡Claro que sí, estúpida! —en ésta ocasión, fui quien le lanzó una almohada en la cara —. Es Jungkook, el amigo del que te hablé— la vi enojada y ella pareció comprenderlo.

—Entonces tenías razón respecto a que era un buen chico. Jungkook, tienes mi completo consentimiento, puedes robarle el corazón cuando quieras —hizo una reverencia de una forma bastante dramática.

—Agradecería mucho si te vas —le sonreí de la forma más falsa que pude, pero logré que lo hiciera.

—Creo que es hora de que yo también lo haga, tengo muchas cosas que hacer —se levantó.

—Espera, debo entregarte la ropa —metí la ropa que me había prestado en una bolsa de papel y se la entregué; sin embargo, cuando iba a salir de mi habitación, lo abracé por la espalda.

I'm not playing// Tae // JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora