Capítulo 19

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La lluvia se apoderó de la ciudad, hasta era capaz de escuchar el agua bajo mis botas con cada paso que daba. No era algo propio de mí vestir tan cubierta, pero mis defensas últimamente estaban demasiado bajas y no podía darme el lujo de enfermarme.

Recibí una corta llamada de Jungkook, pero fue lo suficientemente larga como para alegrarme. Escuchar su voz nuevamente me animó nuevamente, hasta me pidió que fuese a verlo al hospital. Como iba para el lugar, aprovechó para pedirme ropa suya y algunas pertinencias de Jimin, por eso debía pasar antes a su apartamento.

En cuanto entré, la experiencia no era nada grata, los recuerdos me generaron escalofríos, sentía como si hubiese pasado ayer. Tomé ropa y otro par de zapatos con rapidez y los introduje en una pequeña maleta. Todo estaba como la última vez, lo cual indicaba que tan siquiera había sido capaz de acercarse antes, no lo culpo, para mí también es aterrador encontrarme sola.

Al finalizar, cerré bien el apartamento y tomé el ascensor. En cuanto estuve fuera del edificio me encaminé a una cafetería para llevarle algo de comer, lo cual me arreglé en sostener junto a mis pertenencias y su maleta, mientras sostenía el mango de la sombrilla entre mi hombro y cabeza. Tan siquiera tuve que agitar mi mano en búsqueda de un taxi, probablemente el chófer escuchó mi silencioso grito de auxilio y se apiadó de la mujer cargada de cosas en una tarde lluviosa.

—Siempre me he preguntado, ¿cómo rayos le encargan tantas labores a una persona? —el chofer me ayudó con la maleta, hasta suspiré aliviada.

—Generalmente no las hago, pero esta vez es una ocasión importante. Voy hacia el Hospital Redcross.

—Oh, ahora todo tiene sentido —se colocó el cinturón y puso el auto en marcha.

Agradecí que en cuanto llegamos, el señor me ayudó nuevamente con la maleta, incluso sostuvo la sombrilla con su otra mano y me cubrió hasta la entrada del hospital.

—Muchas gracias —hice una reverencia.

—No es nada —correspondió mi acción.

Iba a tomar la maleta, pero en un instante ya tenía a Jungkook rodeándome con sus brazos. Últimamente recibo más abrazos de lo usual, pero ninguno de ellos se compara a los del encantador chico frente a mí, siempre me hacen sentir segura, es más, nunca quiero alejarme de él cuando lo hace, es como si fuese mi zona de confort.

—Te extrañé mucho, So —besó mi cabeza, mientras se movía ligeramente de un lado a otro, algo bastante infantil, pero al mismo tiempo agradable de su parte.

—Yo también te extrañé muchísimo.

Solamente pasaron seis días, aunque para mí fueron eternos. Tal vez, estaba demasiado acostumbrada a la contigua presencia de Kook, sin darme cuenta, nos volvimos demasiado unidos, casi inseparables.

—Si estás así de emocionado es porque hay buenas noticias, ¿o me equivoco? —él dejó de abrazarme, estuve a punto de aferrarme nuevamente a su torso, pero su sonrisa me detuvo.

—Supones bien.

—¡Me alegra tanto finalmente escucharlo!

—Hablemos en otro lugar, pero déjame ayudarte con eso —tomó la maleta y colocó la sombrilla en uno de los contenedores, luego se encaminó hacia el ascensor.

Seguí sus pasos, pero logré percibir que no estaba comiendo bien, además, su rostro lucía demasiado cansado, mientras no vestía como usualmente lo hacía, más bien llevaba puesta ropa estilo deportiva.

—¿Por qué me ves así? — me atrapó observándole por el espejo del aparato, posteriormente, presionó el botón con el número cuatro.

—No has cuidado muy bien de ti —en lugar de preguntarle, lo confirmé.

I'm not playing// Tae // JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora