Capítulo III

6.1K 265 0
                                    


Nathaniel:

Llego a mi departamento después de un cansador día de trabajo. Este lugar me lo había comprado yo mismo, mi sueño siempre había sido vivir solo y apenas tuve la opción lo hice, aunque este lugar era más de lo que siempre había imaginado pues era un penthouse de dos pisos completamente para mí solo, con todo lo que uno se pueda imaginar dentro. Mi madre había dicho que no era necesario un lugar tan grande, pero en verdad me encantaba, aquí lo tenía todo y no sobraba espacio.

- Buenas tardes, Giuliano – le digo a mi mayordomo.

- Buenas tardes señor, alguien lo espera en su oficina – me dice con amabilidad.

- Has llegado tarde - me dice Fred sentado en mi escritorio.

- Claro, yo trabajo -.

- Yo igual, lo bueno es que no debo casarme para tener el puesto que quiero -.

- ¿No puedes solo callarte e irte? - digo furioso.

- No Nate, vengo a buscarte, mi madre te tiene una hermosa noticia, hemos encontrado a la chica que nos has pedido -.

Me giro asombrado y sin esperar mucho salgo a donde mi madre algo curioso por la chica que habían encontrado.

- ¿Y qué te parece Nate? - me dice mi madre emocionada al mostrarle una foto de la nueva chica.

Había algo en esa chica que me parecía conocido, pero por el lugar de procedencia difícilmente la conocía, quizás solo se parecía a alguien. Y ya, no podía mentir, la chica se veía mucho más guapa que las opciones anteriores, pero no era de mi tipo, en realidad no había chica del tipo "esposa", eso no era de mi interés con suerte quizás me la follaría un día, aunque por su cara supongo que no me dejaría, se veía demasiado dulce.

- ¿Cómo la has logrado convencer? Digo, no se ve ambiciosa como las demás, más bien se ve bastante "buena" –.

- Pues, la he encontrado en mis vacaciones, en realidad a tu hermano se le ha ocurrido, creo que necesitaba el dinero -.

- Bueno, si me aguanta todo un año, estará bien -.

-Sería la mejor si te aguanta un año, hay que tener paciencia para ello - salta Fred de inmediato - pero se ve paciente, es una gran chica ya la verás.

-Sí claro, aún mejor sería si te aguanta a ti- digo enojado.

- ¡Basta los dos! - dice mi madre - ahora vamos a dormir que se vienen días pesados, debo organizar todo lo más luego posible para presentarla a la familia -.

- Espero que no me pidan que ayude en algo porque sobra decir que no tengo ni un mínimo interés en el tema - digo desinteresado.

- No te preocupes mientras sigas las cosas bien no te pediré nada más -.

- Como digan, yo me retiro – cuanto me estresa todo esto.

Me levanto rápidamente para irme a mi departamento mientras de fondo escucho a mi madre desesperada dando lista de todo lo que falta para "la gran boda".

Una boda por contratoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora