Capítulo XVI

5.9K 274 3
                                    

Aria:

Despierto sintiendo mi estómago crujir, al parecer ya es bastante tarde. Ruedo en la cama y siento que es más grande que la mía, me siento asustada y entonces al observar a mi alrededor me doy cuenta que ésta no es mi habitación, ¡diablos! ¿dónde estoy?

Me levanto para encontrarme con el vestido que me había puesto anoche a los pies de la cama, abro las cortinas de golpe y veo la misma hermosa vista del departamento donde vivo, suspiro, estoy en casa tal vez solo me equivoqué de habitación. Mi entorno me resulta extraño, creo que jamás había entrado aquí, al parecer aun no termino de conocer todo mi hogar.

Me visto rápidamente, pero no logro encontrar mis zapatos así que descalza bajo las escaleras, es entonces cuando varias imágenes comienzan a aparecer en la cabeza que a la final lo único que hacen es hacerla doler más.

Recuerdo claramente a Sydney regañándome porque no quería salir con ella, finalmente cedí, llegamos al pub a cargo de uno de sus tantos amigos, recuerdo ponerme a bailar con ella y beber un vaso de un trago bastante dulce, recuerdo repetírmelo y luego solo imágenes algo confusas y borrosas. Nathaniel afirmándome, caerme en la escalera, besarlo... ¡Oh no besarlo!

Me siento algo nerviosa en el sofá, no podía haberlo besado, miro hacia atrás y veo que la escalera desde la que baje era de su habitación ¿qué había hecho? Estaba tan asustada que incluso se había pasado el hambre y solo me tiritaba el cuerpo.

Escucho la puerta y me giro rápidamente para verlo entrar todo sudoroso, claro hoy es año nuevo, día libre para todos.

- Oh ya despertaste - dice al verme - deberías tomar un poco de agua, en las condiciones que llegaste anoche debes estar totalmente deshidratada - dice ofreciéndome de su botellín.

- Umm... no, estoy bien, gracias - le digo aun nerviosa.

- ¿Y tu labio? ¿te duele? - dice mirándome detenidamente.

Palpo con mi dedo el labio inferior para entonces sentir una herida y el dolor es casi instantáneo. Con que si me había caído en la escalera. Dios si ese recuerdo era real, todo lo demás igual.

- Aún me duele un poco, pero está bien - digo algo avergonzada de lo que estoy pensando en este instante.

Nathaniel comienza a subir las mismas escaleras que yo había bajado hace un momento, definitivamente esa era su habitación.

- Oye - digo de repente.

Él se gira esperando a que yo siga hablando.

- No recuerdo todo lo de anoche... ¿por qué he despertado en tu habitación? - digo sin poder mirarlo y con la cara sonrojada.

- Te has caído como por segunda vez, te ha dolido el golpe, te he subido a mi habitación y bajé por un té para que se te calmara, pero cuando volví estabas dormida - dice serio - aunque yo dormí en otro lado así que no tienes de qué preocuparte - entonces, dando por terminada la conversación, vuelve a subir.

Ha sacado un gran peso de mí, tenía la idea de haberlo besado, pero creo que eso solo ha sido una mala pasada de mi cabeza.

- Buenos días - dice Sydney entrando lentamente por la puerta de entrada.

Viene con la misma ropa de la noche anterior, algo despeinada claro pero mucho más consciente de lo esperado.

- ¿Dónde has dormido? - le digo algo preocupada.

- Tranquila, estoy bien - me dice sonriente.

- No te he preguntado eso - le digo rodando los ojos.

- Verás, no se su nombre, pero aun pasada de copas recuerdo su perfume y su cuerpo y la manera en que... -.

- Ya, no quiero saber más - digo interrumpiéndola al saber que seguía.

Ella solo se ríe, cuanto le gusta formar esas bromas.

- ¿Y a ti, que te pasó en el labio? - dice mirándome asustada - dime que llegaste anoche -.

- No he vuelto totalmente lúcida, pero si he dormido aquí y el labio, bueno no lo recuerdo muy bien, pero creo que me he caído - digo risueña.

- Vaya borrachera, a todo esto, feliz año, no recuerdo si te lo dije anoche -.

La verdad yo tampoco recordaba si me lo había dicho en la noche anterior.

- Feliz año nuevo Sydney - le digo ofreciéndole agua mineral que había ido a buscar - aunque en la siguiente fiesta no te desaparezcas -.

- Aria, fuiste tú quien desapareció de mi lado, te busqué muchísimo - me dice riendo a carcajadas - eres demasiado tranquila Aria, no resistes beber dos vasos y eso que lo pedí muy suave, necesitas salir más -.

- No me mal influencies - le digo mirándola seria.

- Si no estuvieras siempre aquí encerrada no me darían tantas ganas de sacarte - dice tirándome el cojín del sofá frente a ella.

Se lo devuelvo con fuerza y es entonces cuando otra imagen se me viene a mi cabeza, el subiéndome por la escalera mientras me besaba, recostarme en su cama, ver su rostro encima del mío, retirarse de la habitación. ¿Cómo podía saber si eso era verdad?

Nathaniel:

- He llegado - digo al entrar en la casa de Ethan.

- ¡Sube! - me grita desde la habitación.

- Pero... ¿qué te pasó en ese brazo? - digo al verlo con un yeso en su brazo izquierdo.

- No sabes nada, me he puesto a pelear después de que me estaban acusando injustamente de estar besando a la novia de otro y he perdido el equilibrio y he caído encima de una mesa del casino del hotel, pero tranquilo no ha sido nada - dice sonriente- por lo menos logré mi objetivo, esa chica valía totalmente la pena-.

- No me digas - digo risueño rodando los ojos al notar que ese injustamente era totalmente irónico.

- Deberías haberte quedado, las últimas noches fueron las mejores, no sé porque te devolviste unos días antes -.

- Tenía cosas que hacer del trabajo, ya sabes ahora tengo más cosas a cargo -.

- Umm claro, si no fuera tan amigo tuyo podría creerte algo así - dice irónicamente - te conozco, así como sé que ahora tienes algo que decirme -.

Y tenía razón, tenía mucho que decirle, quería contarle lo sucedido, pero no sabía cómo hacerlo. Tampoco es que sintiera algo por ella, era algo simplemente físico y por ello me asustaba que Ethan fuera a entender otra cosa.

- No es algo muy importante, pero como no nos ocultamos nada tendré que decirte, bueno solo es que...he besado a Aria la otra noche - digo luego de darme mil vueltas.

Su sonrisa desaparece y extrañamente se pone algo pálido a mirarme detenidamente.

- ¿¡Cómo pasó?! - suelta de repente.

- Llegué en año nuevo, estaba solo en el departamento, había bebido un buen poco, ella llegó borracha, venía de una fiesta y pasó - digo simplificando los hechos solo porque ya me había arrepentido de contarle.

- Y ¿te ha gustado? -.

- Venga, deja de creerte San Valentín y preguntarme si un beso me ha gustado, lo reconozco, Aria tiene algo, es difícil vivir con una chica atractiva en el mismo departamento sin que suceda algo -.

- ¿Solo por ello la has besado? – me pregunta algo dudoso.

- Que te he dicho que ella es quién me besó y bueno sí, es por eso – digo algo risueño.

- Bueno ¿y qué esperas para enrollarte con ella? –.

- Se ha quedado dormida anoche, eso es todo, pero ya verás que lo lograré- digo totalmente confiado.

- ¿Cómo no? Nadie se resiste al poder encantador de Nathaniel – ríe bulliciosamente.

Cuanto me gustaría que fuera así, Aria debía caer, a ver si de esa forma puedo sacármela unos instantes de mi cabeza, quizás después de ello, dejaría de aparecer tanto en mi mente.

Una boda por contratoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora