Capítulo V

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Aria:

-Un día- me digo al mirar el calendario – un día y me convierto en la señora Baker, segunda claro – me rio ante mi pensamiento de verme como ella en unos años más.

Me siento en la cama sin poder conciliar el sueño, que difícil era dormir cuando tu estómago se estrujaba de los nervios. He tenido una semana pesadísima, la señora Francia, muy ansiosa de la situación, me ha andado trayendo de un lado a otro buscando las cosas necesarias para el matrimonio, que escribir las invitaciones, la elección de los regalos, el color de los adornos, el vestido de novia, los zapatos que no entiendo aun la importancia si éstos no se ven, entre muchas otras cosas más, aunque no puedo negar que he disfrutado la elección de la torta, menos mal que el vestido ha sido escogido después de ello sino después la señora Francia estaría de ataque al ver que no me entra.

A pesar de la diferencia que hay entre nosotras la señora, se ha comportado de muy buena manera conmigo, claro que aún no era totalmente cálida, siempre había una muralla entre ambas, pero creo que ella era así, por lo que tampoco me hacía problema.

Con Nathaniel no nos hemos visto, después de la cena se ha ido y no he sabido nada más de él, aunque mejor así pues tendré que aguantar durante un año su carácter y hasta donde vi la otra noche, prefiero retrasar lo más que pueda ese tiempo. Aunque me esforzaré por tener la relación más sana que pueda, no quiero un ambiente desagradable.

Miro la hora en mi celular, sé que mi madre aún debe estar despierta ordenando las cosas de mi hermano para que vaya temprano a sus clases. Finalmente me atrevo y la llamo.

- ¿Sí? - dice mi madre al otro lado de la línea.

- Mamá, hola, siento llamarte a estas horas, pero he estado muy ocupada, bueno me caso mañana y no me han dejado respirar -.

- Suponía que habías estado ocupada, las bodas siempre demandan mucho tiempo, más si es tan rápido – dice seria.

- Venga mamá, no actúes así, no quiero que sigamos tan distantes -.

- Aria, es que tu no lo entiendes y es que estás tan cerrada en lo que tú quieres que no escuchas todo lo demás – dice totalmente molesta, finalmente suspira – no te diré nada más, te dejaré tranquila en tu decisión, tú sabrás afrontarlo si es que no fue la mejor o la correcta, ahora tengo que irme que tu hermano tiene hambre y Sebastián aún no sabe qué hacer -.

- ¿Sebastián llegó? - digo sorprendida.

- Sí, ha llegado ayer, ha venido a ayudarme con tu hermano mientras trabajo en el restaurant, al parecer también tenía interés en verte - dice con tono picarón.

- ¡Mamá! No digas esas cosas, yo ya no tengo interés en él, eso solo fue cosa de cuando éramos niños y ahora tampoco deberías decirme algo así una noche antes de mi matrimonio - digo molesta, aunque principalmente por pensar que él había vuelto justo cuando yo estaba aquí, siempre tarde.

- Lo siento, tienes razón, en todo caso solo te quería molestar, él también tiene pareja por lo que nos contó - dice sonriente - y bueno ¿cómo han sido estos días con tu novio? Es distinto estar con él todo el día, más bajo la presión que implica el matrimonio -.

- Ha sido genial, Nathaniel es un chico genial, sé que él es para mí – miento aun cuando me duele hacerlo.

- Nathaniel eh... Tiene el mismo nombre que el famoso y multimillonario Nathaniel Baker, gran nombre - deja la tensión atrás cuando una pequeña risa de su parte aparece.

- Es ese Nathaniel madre, el mismísimo Nathaniel Baker – digo cerrando los ojos esperando su reacción.

- ¡Aria! – me regaña – porque jamás me cuentas bien las cosas – suspira – solo espero que sea un caballero y no le metan cosas en la cabeza porque tú no eres de su mismo estrato social –.

- No madre, ya te dije, es un hombre genial, educado y amoroso, ya lo conocerás y te juro que entenderás porqué me he casado con él – agrego de mi imaginación.

- Eso espero hija, que Dios te escuche – resopla - bueno yo creo que ya es hora de que descanses, mañana te espera un gran día, disfrútalo mucho y bueno tú sabes que, aunque no pueda, yo siempre estoy contigo -.

- Lo sé mamá, muchas gracias, hablamos después, un beso para ti y para Thomas -.

- Gracias uno muy grande para ti, adiós hija -.

Después de colgar me tiro en la cama satisfecha, odio mentirle a mi madre y en parte odio estar haciendo esto, metiéndome con un chico que no conozco casi nada y que lo poco que se, no me parece alguien con quien pueda llevarme bien, pero no puedo hacer nada, solo un año y podremos estar bien con mi casa de siempre y con una familia feliz, en paz, ahora solo me quedaba estar tranquila y esperar que el tiempo a su lado pase volando.

Una boda por contratoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora