Capítulo XXX

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Nathaniel:

Bajo acelerado del avión, mi casi nula información me tenía vuelto loco, me habían comentado de la pequeña capilla en donde podía celebrarse la ceremonia, pero no había logrado entender cómo llegar, definitivamente no me ubicaba ni un poco aquí. Miro la hora, según la madre de Ethan, el matrimonio al que venía era a las tres y mi reloj marcaba que solo faltaban diez minutos para que comenzara. Mi plan no era este, yo pensaba llegar hartos minutos antes para poder frenarla antes de que pisara esa iglesia, pero como siempre, las cosas no querían salir a mi favor y el avión se había atrasado. Si digo la verdad, no tenía idea en qué momento decidí venir, aun no estaba ni seguro de lo que le diría cuando la tuviera en frente, menos ahora que llegaría en la mitad de todo, pero realmente no me interesaba, solo quería alcanzar a llegar antes de perderla definitivamente.

Tomo un taxi que logra entender al lugar que quiero llegar y me lleva rápidamente, escucho a alguien hablar y estoy seguro que es ahí, me asomo despacio por una de las largas ventanas levemente abierta y veo a Fred con Lisa sentados entre el montón de invitados, nadie sabía de esta locura, todos quedarían totalmente perplejos al verme, incluso yo estaba algo asombrado por esta decisión, jamás había luchado realmente por algo, pero ella era la excepción a todas mis reglas.

Respiro nervioso, jamás volvería a hacer algo así sino fuera por ella, respiro, me arreglo el traje y el cabello, respiro aún más profundo y entro.

- Yo... ¡yo me opongo! – digo sin ni siquiera esperar a que alguien lo preguntara.

- ¿Nate? – escucho a mi hermano nombrarme confundido.

Vuelvo a centrar mi vista en aquel altar y entonces noto que la joven novia no es quien yo esperaba ¿qué era lo que sucedía? ¿no se suponía que Aria se casaba?

De un costado de la novia veo a Aria mirarme boquiabierta, pero luego una expresión algo risueña aparece en su rostro, muchos me miran feo, otros confundidos y los mínimos se están riendo.

- Solo fue un error, discúlpenme – digo avergonzado cuando logro entender que me he confundido, así que me giro y salgo de la pequeña capilla.

Totalmente avergonzado me siento en el borde de la calle y me desabrocho un poco la corbata, tantas emociones y enredos habían hecho que el día pareciera más caluroso.

Aria:

Se dan el beso y aplaudo frenéticamente, hacían hermosa pareja, en verdad me emocionaba mucho ser la dama de honor del matrimonio de Sebastián, después de todo seguíamos siendo buenos amigos, habíamos sabido arreglar nuestros problemas y a dejar el pasado atrás y durante estos meses había sido un apoyo fundamental para que yo lograra salir de la pena inmensa en la que me había encontrado.

Salgo tras ellos y los abrazo dándole mis mejores deseos, a pesar de que Nathaniel había arruinado el momento, debía admitir que todo el resto salió hermoso, si no hubiera sido por él todo habría sido perfecto.

Miro hacia todos lados buscándolo, no puedo negar que verlo hizo que mi cuerpo completo hiciera un total cortocircuito, no pude sacármelo ni un instante de la cabeza y de la estupidez que había hecho. Me mira Fred desde una esquina y me hace señas para que mire mi celular, lo tomo y encuentro un mensaje de él señalándome una dirección donde se encuentra su hermano. Le sonrío en forma de agradecimiento y comienzo a correr hacia el lugar pues no estaba tan lejos de donde me encontraba.

Como si no fuera aún mejor, el hermoso día soleado se nubla un poco y comienza a llover con fuerza, pero nada me impide este momento, aunque haya pasado por todas las etapas del duelo y ya podía comenzar de nuevo, el hecho de verlo, simplemente verlo, había cambiado todos mis planes, estaba tan cerca que no podía ignorarlo.

- Disculpe, estoy buscando a Nathaniel, Nathaniel Baker, creo que tiene una habitación reservada aquí – digo en la recepción mientras me estremezco de frio.

- Señorita, Don Nathaniel ha salido hace unos minutos, discúlpeme, si quiere puede esperarlo con un café en el salón así aprovecha de secarse un poco, está muy mojada y puede resfriarse – algo desilusionada asiento.

Una boda por contratoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora