Una boda por contrato

Prólogo

Era miércoles por la tarde y toda la gente regresaba a su casa después de una larga jornada de trabajo, tacos por todos lados por la gran cantidad de nieve que había caído y no dejaba el paso a los automóviles. Yo lo único que deseaba era llegar a mi casa, estos días lejos de mi familia y de Ruth, con quien ya llevaba dos años saliendo, se me habían hecho eternos.

Llego a la entrada y veo que viene llegando mi madre junto a mi hermano, este último viene bastante molesto pues lo vienen regañando, pero apenas me ve me da un fuerte abrazo, siempre había tenido una buena relación con él. Mi madre toma mi rostro y me besa la cabeza, la miro sonriente, cuanto la había extrañado y eso que solo había sido un mes de vacaciones lejos de ella. Me dirijo a abrir la puerta principal, pero noto que mis llaves se me han quedado en el taxi llamo para dar aviso mientras mi madre abre la puerta, soy el primero en entrar, prendo la luz y ahí mi vida se frena. La peor imagen que podría ver se guarda en mi cabeza, sin saber que hacer quedo parado mientras mi sonrisa desaparece abruptamente y de ahí todo pasa lento. Veo a mi padre mirar sorprendido hacia la puerta, veo a Ruth intentar taparse con las pocas prendas que hay a un costado del sofá, su labial en los labios de mi padre, las manos de él en el cuerpo de mi chica, mi madre explota en llanto, mi hermano pequeño la abraza llorando también y es que solo es un niño que acaba de ver como su padre engaña a su madre, trago la pena y la ira se apodera de mí, siento deseos de pegarle a ese imbécil, pero me resisto, una pequeña lágrima comienza a correr por mi mejilla, me giro sin siquiera detenerme a ver a mi madre que en estos minutos está igual de destrozada que yo, parece egoísta, pero en estos minutos no puedo, no hay nada más dentro mío que esa imagen que me asquea. Me subo al auto de mi madre, sin tomar en cuenta lo que Ruth me ha estado gritando y aunque aún no tengo licencia de conducir piso el acelerador y me voy lo más lejos que pueda de todo.