Capitulo V

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25/10/1967 Washington (Estado)

— Bueno, chicos —Les dijo el Cabo Foster. — Este es nuestro último día en tierra, así que disfrútenlo.

— ¿Cuánto tiempo tenemos? —Pregunto Steve.

— Mañana partimos.

— ¿Podemos? ¿Podemos beber? —Steve estaba emocionado, era la primera vez que iba a beber trago.

— Si. —Steve pego un brinco de celebración— Pero no beban demasiado.

Todos comenzaron a partir para buscar un bar para beber y despedirse la buena vida que vivieron en su país antes de que fueran reclutados, caminaron por un pueblo cerca del lugar donde iban a tomar el barco, el suelo era pedregoso y lleno de arena, había pocas casas y tiendas, así que les toco a toda la compañía compartir el mismo bar.

— Busquemos a Edward y a Gabe —Propuso Steve.

— Creo que ya nos están esperando. —Paul señalo la mesa.

El bar era grande, había una barra en el fondo y un montón de mesas en lo que quedaba del mismo, a su alrededor estaba destapado y arriba los cubría un buen techo. Edward y Gabe estaban sentados en la mesa haciéndoles señas para que siguieran, así que fueron.

— ¿Qué piensan? —Pregunto Gabe— Es nuestro último día en tierra.

— Nervios —Contesto Paul y Edward asintió.

— Un poco de miedo —Dijo Steve mientras llamaba a un mesero— ¿Beben?

Todos asintieron excepto él y su hermano.

— ¿Puedo? —Pregunto Paul tímido.

— Solo una. — ¿Si él había probado el alcohol, porqué su hermano no?

— ¿Y tú, Erik?

— Estoy muy joven.

— ¿Acaso tus padres están acá para reprocharte lo que haces? —Dijo Steve intentando ser gracioso, pero fallo. Todos quedaron en silencio sin saber que decir.

— Bueno, trae una —Sonrió y rio para no cagarla más.

El mesero partió y todos comenzaron a dialogar sobre cómo iban a luchar, pero Erik se quedó pensativo al recordar a sus padres, ¿Seguían vivos? ¿Ya recogieron a Theon? ¿Le estarían pidiendo a Dios por la salud de él y su hermano? Todas sus respuestas quedaron cortas, y comenzaron a salir más preguntas. Recordó la última vez que los vio, su madre estaba tan inocente y contenta de ver a su hermano Daniel, volver, y su padre... su padre estaba asustado por lo de su esposa, Verónica. Luego le entro un sentimiento de melancolía, los extrañaba de verdad, quería ir a abrazarlos, pedirles un consejo y que lo hicieran sentir seguro; no importaba si estaban enojados, daría todo por volver a verlos.

— Pero estamos acá —Dijo Paul cuando hablaron de que iban a morir pronto en Vietnam— Todavía nos queda un día más de vida.

— ¿Qué tienes, Erik? —Pregunto Steve.

— Estoy cansado por el viaje —Bebió un poco de su cerveza y se la entregó a Paul— No bebas tanto. Me iré a descansar, disfruten su noche.

Steve intento detenerlo, pero Edward lo detuvo y se volvió a sentar. Erik subió al segundo piso de una casa que les habían alquilado al lado, entro a su habitación y se recostó en la cama. Estaba cansado, cansado de andar por más de cuarenta y ocho horas en un camión oscuro donde solo podía socializar con los compañeros de su pelotón (en el cual estaba Pablo). Habían hablado de como era su vida antes de ser reclutados, sobre su familia, estudios y todo sobre su vida personal, luego comenzaron a jugar y a contar chistes; y los mejores eran los de Steve Morris. Después de que pasaran más de las cuarenta y ocho horas, se estacionaron en el estado de Montana, acamparon en el profundo bosque, comieron, durmieron y al siguiente día volvieron a arrancar derecho hasta llegar al estado de Washington, donde ahora, estaba recostado.

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