Capitulo VIII

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02/11/1967 Océano Pacifico.

— Soldado, Gray —Dijo Romero— Esta es la última vez que le volveré a hacer la pregunta, y si no responde con la verdad: Cuando salgamos victoriosos en esta guerra, va a tener muchas consecuencias de las cuales se va a arrepentir y va querer deseado hablar cuando tuvo la oportunidad.

Estaba rodeado por su Cabo, su Sargento, su Comandante, su Teniente, su Teniente Coronel y los demás que querían saber sobre la escena del treinta y uno de octubre.

— Mi Capitana, yo no ayude con el plan de fuga de mi hermano, y menos lo ayude cuando él partió.

— ¿Cómo puede comprobar eso?

— Puede llamar a mi hermano Paul y a el paramédico, juntos estuvimos reunidos en la enfermería para cambiarme la venda.

El día siguiente, después de la partida de Fred, Jacob le cambio la venda y Galán le había comentado lo que  posiblemente le iban a peguntar y que cuando terminara la guerra lo iban a mantener encerrado en una cárcel por un mes.

— Capitana Romero. —Dijo el Teniente Coronel Sanders— Le aconsejo de que debería enviar a buscar al paramédico y al hermano del soldado Gray; si quiere saber verdaderamente lo que sucedio, lo descubriremos con los testimonios de ellos dos.

Romero lanzo un bufido y mando a un Cabo, que merodeaba por ahí, a buscar a Jacob y a Paul. Y Erik estaba feliz por eso, sabia como iba a ser el juego del interrogatorio y había preparado bien a su hermano para venir a hablar, y Jacob... el mejor de todos en los que podía confiar, ojala no lo fuera a traicionar.

— ¿Es usted el paramédico del buque? —Pregunto el Comandante Blade.

— Si, mi señor Comandante.

— Es usted muy joven para un ambiente como este.

— Me gusta tomar riesgos —Jacob le lanzo una sonrisa matadora de las que siempre hacia.

— ¿Es cierto que el soldado Gray estuvo con usted en la enfermería revisando una herida que tenía en su costado derecho?

— No. —Dijo seco, serio e hiriente. 

Todos lanzaron suspiros de asombro, Erik estaba triste y decepcionado, y Jacob seguía con su sonrisa matadora.

— ¡Lo sabía! —Romero brincaba de la felicidad.

— Él vino conmigo porque quería volver a acostarse conmigo —Todos lo miraron incrédulos y Jacob volteo a ver a Paul— Su hermano fue testigo, que lo diga todo él.

« ¡Mierda! » Jacob había salido con una babosada y ahora quería entrometer a su hermano que no sabía ni siquiera improvisar un poquito ¡Que infierno es en el que está viviendo ahora!

— Ehh... yo —Paul estaba asustado— Yo lo vi todo, y no fue solo una vez, fueron muchas veces, y todas esas veces yo los cubrí. ¡Llevan desde el día en que mi hermano fue herido por ese accidente!

— ¿No lo comprobó usted misma, Capitana, cuando entro y nos vio demasiado juntos?

— Si.—La Capitana entro en duda y todos los oficiales colocaron sus ojos clavados en ella.

— ¿Entonces que podríamos afirmar del escape del solado de Gray? —Termino por decir el Comandante Blade.

— Oficiales y suboficiales que están aquí reunidos, quiero pedirles las más sinceras disculpas por hacerles perder su  tiempo —Romero estaba frustrada— por el momento podremos decir que el soldado Gray esta absuelto de toda incriminación hacia el escape de su hermano, pero el caso de la fuga se seguirá investigando.

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