Capitulo XVII

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05/12/1967 Océano Pacifico.

PDV ERIK

Ya era un nuevo día, un día lleno de alegrías, de tristezas y de nostalgias, era un día de celebración, era el día de su cumpleaños. Recordaba su último cumpleaños junto a su familia; estaban todos reunidos en la mesa del comedor riendo y contándole historias sobre lo que se iba a venir el año después de ser mayor de edad.

«Pero nunca hablaron de la guerra.» Pensó. Tal vez nunca se les había ocurrido que en un año podía pasar de todo, hasta que su nación se entrometiera en una guerra.

También recordaba cómo había llegado su tío Malcolm junto a su esposa Jennifer y su hija Sonia; una joven de dieciséis años de cabello rubio como su madre, ese día llegaron con muchos regalos para todos y con trago para beber.

— Estas enorme, muchacho —Le había dicho su tío mientras le daba un fuerte abrazo.

Su tío Malcolm solo viajaba para las fechas especiales desde España, y la última vez que lo volvieron a ver fue en su cumpleaños número diecisiete, luego les llegaron con la noticia de que falleció en un accidente automovilístico por salvar a Sonia que en ese momento ya también tenía diecisiete. Ese día a Erik le había dolido más que a todos en la familia, porque junto a su tío había vivido las mejores aventuras y los mejores momentos de su vida, porque su tío lo quería más a él que a cualquiera de sus hermanos.

— ¿Y sabes por qué eres mi preferido? —Le había dicho su tío ebrio en su último cumpleaños— Porque eres un gran hombre, y tienes muchas fortalezas para salir adelante.

«Y eso es lo que trato de hacer.»

Se levantó de su cama y no observo a nadie dentro de la cabina, suponía que se le había hecho tarde para los entrenamientos y le tocaría hacer un trabajo extra, o que ellos estarían afuera para darle una gran sorpresa, lo cual sería lo más conveniente.

Se colocó una manta alrededor de su cuerpo para cubrirse del frio, y salió a la cubierta del barco.

— ¡SORPRESA! —Gritaron todos sus amigos al unísono.

Estaban reunidos Paul, Edward Jones, Steve Morris, Gabe Adams, Thomas Price, Matheus Andrews, El cabo Foster, El sargento Galán y el paramédico Jacob. Tenían una mesa en la proa del barco donde estaba Iván, el cocinero, sirviendo unos deliciosos omelettes con salchichas y café. Sus amigos le dieron un gran abrazo y lo llevaron hasta la proa mientras le dedicaban buenas palabras y bendiciones sobre su cumpleaños, deseándole lo mejor.

— Está muy delicioso. —Dijo cuándo acabo su desayuno— Gracias, Iván.

— De nada, Erik. —Dijo Iván mientras comía un trozo de salchicha de las que habían sobrado.

— Deberías darle las gracias es a Jacob. —Opino Paul mientras se limpiaba su boca con una servilleta— Él fue quien consiguió todo para este desayuno.

— Gracias —Dijo observando al paramédico— Muchas gracias a todos por ser parte de mi vida y celebrarme este día tan especial, espero que en unos años podamos hacer lo mismo juntos.

— No hables por mí —Replico Matheus levantando su vaso de café.

Todos lanzaron carcajadas al oír el comentario de Andrews y luego comenzaron a recoger el reguero de la mesa.

— Es hora de que tomen una ducha, en la noche quiero que estén bien arreglados para la cena que harán en el barco. —Ordeno Galán.

— ¿Harán una cena? —Pregunto Erik sorprendido.

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