Capitulo XIX

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24/12/1967 Océano Pacifico.

PDV PAUL

Estaba de camino a las cocinas del barco, observaba como todos estaban organizando la proa del barco, algunos felices, otros decepcionados por no poder desembarcar todavía. Y si, hace cinco días les habían formado e informado la terrible notica de que no iban a desembarcar.

— Hemos tenido un retraso con las coordenadas pero ya arreglamos eso, entramos al país de Vietnam en Enero. —Les había dicho el capitán Ross.

Los más débiles y temerosos por la guerra celebraron y le dieron gracias a Dios por el milagro de no desembarcar, los fanáticos de ir a luchar se decepcionaron y aguantaron su sed de sangre, y la otra mitad a la cual le valía mierda la guerra lo tomo por igual. Luego de eso comenzaron sus actividades normales del día.

Paul entro a la cocina y se colocó el delantal para comenzar a ayudar a Iván a cocinar la excelente comida de hoy.

— Ya tengo el arroz preparado —Dijo Iván en cuanto Paul entro a la cocina— Quiero que me traigas la costilla a la mesa para adobarla.

Paul partió hacia el cuarto frio de la cocina a buscar la costilla que iban a hacer para el festejo de hoy.

— Esta helada —Dijo cuándo la palpo.

— ¡Rápido, Gray! —Grito Iván que lo esperaba afuera.

Paul agarro como pudo la gran costilla y corrió hacia la cocina, la coloco y la mesa y se froto las manos para quitarse el frio.

— Es la única que sobra de las reservas. —Dijo Iván mientras colocaba la costilla congelada en agua— Gracias a Dios soy precavido y guardo un poco por si se alarga el viaje.

— Gracias a Dios nos tocó un cocinero como tú —Respondió amablemente.

— ¿Cómo sigue tu hermano? —Pregunto Iván mientras palpaba la costilla— ¿Ha vuelto a comer algo?

— No ha vuelto a comer nada desde que murió Andrews —Respondió un poco desanimado, no le gustaba ver a Erik así— Tampoco sale a entrenar, ni a sus clases con Galán, solo se queda en cama.

— Tampoco ha vuelto a las cocinas. —Iván se quedó pensando por un rato— Pero lo entiendo, la muerte de alguien querido puede cambiar mucho a las personas, yo tuve un primo que perdió a su hija y entro en depresión, luego se suicidó.

— Pero a Erik no le va a ocurrir eso... —Titubeo— O eso creo.

— Nosotros no lo hemos vivido, pero puede que luego se le pase.

— Eso espero, quedaría en la deriva sin mi hermano.

— Esa es la típica frase de un perro faldero. —Dijo Iván un poco irritado mientras sacaba la costilla del agua y la comenzaba a adobar— Tú también eres fuerte como tu hermano, Gray, solo tienes que sacar todo tu potencial.

— ¿Cómo saco mi potencial?

— Solo espera —Dijo Iván mientras bebía de la cerveza que le sobro cuando se la vertió a la costilla— Y ve a lavar las papas, Collins va a pelarlas.

Partió sonriente y agarro el bulto de papas, vertió una gran cantidad en un balde con agua y comenzó a lavarlas.

«Hoy es navidad, debo hacer que Erik mejore su ánimo y pase un gran día.»

Odiaba ver a su hermano así, todas las noches lloraba, bebía vino y reprochaba a Dios por la partida de su amigo, los que habitaban la cabina le intentaban hablar pero Erik les pedía un espacio y luego se acostaba a pensar, pensar en cualquier cosa que ninguno sabia, él también le intento hablar a su hermano pero también se retraía y le pedía espacio, Jacob también lo intento pero también termino sin ningún resultado. Y eso le dolía, le dolía ver a su hermano vuelto mierda por una persona que ya falleció y está tranquila descansando, mientras él se mataba la cabeza por esa persona.

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