Nueva York
Tony's PoV
No hay nada peor que pasar un viernes encerrado en tu oficina organizando los contratos del acuerdo que debes zanjar con una nueva compañía. Estaba agotado y sabiendo que Pepper se había ido de vacaciones, no me quedaba otra que hacerlo todo yo. Le había mandado varios mensajes a Peter, avisando de que no llegaría a tiempo para la maratón de Star Wars que habíamos planeado pero aún no había obtenido respuesta.
Estaba terminando de firmar los últimos papeles cuando la puerta se abrió sin previo aviso y Peter entró dedicándome un saludo y una sonrisa alegre.
—¿Pete? ¿Está todo bien? ¿Qué haces aquí?— Pregunté frunciendo el ceño. Peter no solía venir hasta Industrias Stark a menos que fuese algo urgente y teniendo en cuenta que no había respondido a mis mensajes, suponía que algo había ocurrido.
—Quería verte... ¿Te queda mucho?— Preguntó él, acercándose a mi escritorio y echando un vistazo a lo que estaba haciendo.
Negué con la cabeza, aún algo confundido. —¿Entonces no ha pasado nada?— Insistí, pues viniendo de él nunca se podía estar suficientemente seguro.
—Nop. Solo que dijiste que no llegarías al complejo hasta tarde y pensé que tal vez tendrías hambre.
Reparé en que llevaba una pequeña bolsa en la mano. Sonreí incapaz de creer que una criatura tan pura pudiese existir y que de todas las personas del mundo me hubiese elegido a mí. —Ven aquí.— Dije palmeando mis rodillas suavemente.
Rodeé su cintura cuando se sentó en mi regazo y sonreí acariciando su espalda lentamente. —Siento haber arruinado la maratón.— Dije apartando un mechón de pelo de su frente.
—No es tu culpa, además ya hemos visto esas pelis varias veces. ¿Estaba pensando que podríamos ir al cine mañana? Ver una película que te guste a ti también...— Sugirió a medida que desempaquetaba una hamburguesa y una ración de patatas fritas.
—Lo que tú quieras, cariño. Sabes que los fines de semana son tuyos.
Peter asintió, sonrojándose levemente. —Deberías comerte eso antes de que se enfríe.
—¿Tú no vas a comer?— Pregunté al ver que no había más comida. ¿Tal vez había comido antes de venir?
—Aha...— Vi como se deslizaba lentamente hasta quedar sentado en el suelo, justo entre mis piernas. —Estoy en ello.
Ahí estaba de nuevo esa mirada inocente pero traviesa que terminaría por volverme loco. —¿La hamburguesa no es suficientemente buena para ti?— Pregunté aunque la respuesta fuese más que obvia.
—No cuando tengo esto.— Repuso él como si se tratase de la conversación más normal del mundo.
Iba a añadir algo pero las palabras nunca salieron pues Peter comenzó a lamer la tela de mi bóxer, mandando un remolino de emociones directo a mi entrepierna. ¿Cómo se suponía que fuese a comer si Peter me miraba directamente a los ojos mientras daba pequeñas lamidas a mi erección cual gato? —Peter, bebé...— Solté una especie de gemido de alivio cuando se deshizo del bóxer, rodeándome con su boca rápidamente. Mi pequeño discípulo aprendía rápido.
Me vi obligado a cerrar los ojos cuando sus manos rodearon lo que no podía tragar, moviéndose a un ritmo tan lento que era casi doloroso. Mis manos recorrieron sus hombros, deslizándose hasta su cabeza y enredándose en su cabello. Tiré de él hasta que su nariz chocó contra mi pelvis, haciéndole tragar toda mi longitud y provocándole arcadas por lo repentino del movimiento. Normalmente le dejaba llevar el control pero teniendo en cuenta el tiempo que llevábamos saliendo, estaba seguro de que podía llevarlo a otro nivel y hacerlo disfrutar.
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My Sex Instructor | Starker
Fanfiction"Nunca me consideré especial, hasta que llegaste tú." Advertencias: Personajes con diferencia de edad, si no es lo tuyo, no pierdas el tiempo. Todos los personajes representados a lo largo de la historia son adultos, mayores de edad. Contenido explí...