My Sex Instructor | Starker

16. Shopping

Nueva York

Tony's PoV

—Tony... No necesito esto.— Protestó Peter, devolviéndome los zapatos que le había tendido.

—Cariño, la gente no va de compras porque necesite cosas, va de compras para gastar dinero. Y da la casualidad de que yo tengo mucho.— Dije sin darle demasiada importancia. —Tenemos que comprarte mínimo un conjunto para la fiesta de mañana, muero por verte tan arreglado y elegante.

—Pero...

—Nada de peros, vamos, ve a probarte eso.— Apremié, dándole unas palmaditas en el trasero. Vi como bufaba sonrojado y desaparecía detrás de la puerta del probador. Esperé durante varios minutos hasta que salió, vestido con el exquisito traje de marca que había elegido (por voluntad propia, obviamente) minutos antes. Mi boca se abrió inevitablemente al verle, soltando un leve "oh". Se veía increíble. Definitivamente íbamos a repetir el tema de las compras.

—De verdad no necesito que me compres nada...

—Ven aquí.— Pedí ignorando sus protestas. —Te ves hermoso, Pete.— Dije con sinceridad, apartando un mechón de pelo de su rostro y dejando un beso en su frente.

—¿Es completamente necesario que lo hagamos?

—No, si no estás seguro. No voy a forzarte a nada que no quieras.— Dije sonriendo levemente.

Vi como suspiraba inseguro.

—¿Qué ocurre?

—Es solo que todos se van a ver increíble, sobre todo tú... Y yo voy a sobrar, ya siento que sobro y aún no estamos en la fiesta.

Sonreí rodeándolo con los brazos y acercándolo a mi cuerpo. —Vas a ser la estrella de la fiesta, Pete. Sabes que todos te van a mirar solo a ti.— Sabía que no iba a conseguir convencerlo con palabras. Mi bebé inseguro. —Ve a quitarte eso, tengo que hablar algo con la asistente.— Informé soltándolo y desapareciendo por el pasillo.

Caminé hasta dar con la mujer y sonreí haciéndola sonrojar, como ya era costumbre. —¿Serías tan amable de traerme otros dos trajes de la misma talla, por favor?

—Claro, señor Stark. En un momento.— Aseguró ella, dejando lo que había estado haciendo para ir en busca de lo que le había pedido.

Perfecto.

Volví al probador de Peter y toqué la puerta dos veces.

—Está abierto.— Dijo Peter desde dentro.

Abrí y me colé dentro rápidamente, cerrando con pestillo. Me apoyé en la puerta y me crucé de brazos mirando como se deshacía de la costosa pieza de ropa y se miraba apenado en el espejo.

Era el momento de actuar.

Avancé hasta él y pasé ambas manos por su cintura, pegándolo a mi espalda. Vi como me miraba a través del reflejo y fruncía el ceño confundido. Sonreí y comencé a dejar besos en su cuello, moviendo una de mis manos hasta dar con la tira de su bóxer.

—¿T-Tony..?

—Sh...

—P-pero-...

Atrapé sus labios, callando sus protestas y deslicé mi mano hasta dar con su creciente erección. —Daddy va a hacerte sentir bien, bebé.— Informé dejando un rastro de besos por su cuello.

—N-nos van a oír...— Trató de protestar, cerrando los ojos avergonzado.

—Si no haces ruido, no.— Susurré en su oído, deslizando su ropa interior para librarme de ella. Noté como se estremecía y su piel se ponía de gallina. Deslicé la mano por su espalda, acariciándolo y disfrutando de las expresiones de su rostro, reflejadas en el espejo. Teníamos que darnos prisa así que no había tiempo para ser delicados. Me llené la mano de lubricante y dejé un último beso en su cuello.