My Sex Instructor | Starker

21. Marry Me

Hawaii

Peter's PoV

Pasaron meses tras nuestra pequeña aventura en el coche y sin embargo nuestra relación no hizo más que mejorar. Me sentía como si ya nada en el mundo fuese capaz de separarnos.

Nos habíamos reunido con el resto del equipo durante la Navidad pues a pesar de las peleas que tuvimos, todo había quedado en el pasado.

Tras aquello todo estuvo tranquilo hasta que Tony decidió que quería pasar Año Nuevo en Hawaii. “Solo nosotros dos.” Me había dicho. La idea era obviamente un disparate pero, ¿cómo podría negarme? Estaba dispuesto a hacer cualquier cosa con tal de hacerle feliz.

Aquella noche sin embargo, Tony estaba diferente. Parecía nervioso por alguna razón. Habíamos llegado a Hawaii hacía un par de horas pero Tony no parecía estar disfrutándolo. —¿Todo bien?— Pregunté tras una media hora de intentar descubrir cual era el problema.

Tony asintió, dedicándome una pequeña sonrisa mientras miraba alrededor despreocupado. —Disfrutando de la brisa marina. ¿Tú estás bien?— Quiso saber, moviendo una de sus manos para tomar la mía.

Su respuesta no era exactamente lo que me esperaba pero debía valer, por ahora. —Sí, solo tengo algo de hambre.

Como si se tratase de magia, un camarero se acercó a nuestra mesa, depositando nuestros platos sobre esta. Nos dedicó una sonrisa, acompañada de algo que no entendí, dándose la vuelta y volviendo a sus tareas.

—¿Por qué Hawaii?— Quise saber, bebiendo un poco de mi batido de frutas.

—Hace calor, incluso en invierno.— Explicó él, examinando su plato antes de probar lo que contenía. —Me pareció un buen lugar para empezar el año.

Asentí, sonriendo levemente. —Tienes razón.— Dije, mirando alrededor y disfrutando de las hermosas vistas que nos rodeaban, a pesar de ser de noche.

La cena fue tranquila, nada que ver con el alboroto que había normalmente en Nueva York. El ambiente era agradable y la brisa marina acariciaba mis mejillas suavemente, haciéndome sonreír.

Tony se aclaró la garganta, viendo como el camarero se llevaba nuestros platos. —¿Paseo por la playa?

Asentí sonriendo levemente. —Ya casi son las doce.— Recordé, levantándome y esperando a que él hiciese lo mismo.

Tony me dedicó una pequeña sonrisa, tomando mi mano para guiarme rumbo a la playa. —¿Cuándo quieres que volvamos a casa?— Preguntó a medida que bajábamos por el pequeño sendero de piedra.

Me deshice de mis zapatos, sonriendo al sentir la arena bajo mis pies descalzos. —No sé. Cuando quieras.— Dije, encogiéndome de hombros. —No me importa donde estemos mientras estemos juntos.— Añadí, inclinándome para besar su mejilla.

Tony sonrió, pasando su brazo por encima de mis hombros para acercarme más a él a medida que andábamos. —Quedémonos aquí un rato.— Dijo de pronto, sentándose y señalando para que me siente a su lado.

Sonreí, sentándome y mirando hacia el océano frente a nosotros. La luna se reflejaba sobre la superficie de las aguas oscuras, creando pequeños destellos plateados. —Este lugar es increíble.— Dije de pronto, volviendo mi vista hacia Tony. —Podría quedarme dormido aquí mismo, sinceramente.

Él solo negó con la cabeza, tumbándose y tomando mi mano para hacer que me tumbe a su lado. —Te amo tanto.— Dijo de pronto, mirándome a los ojos.

Sentí como mi estómago se llenaba de mariposas por enésima vez ese día. —Y yo a ti...— Susurré, acercándome a él ligeramente para besar sus labios.