Ch. 23 DEMONS
Los recuerdos de lo sucedido iban y venían, perdió la noción del tiempo. Escuchaba voces a su alrededor, muchas voces de lo que sucedió, de antes que tomara la decisión de liberar al mundo de su existencia y voces que reconocía de personas que decían interesarse por su bienestar.
-Terry amor mío ¿Por qué has hecho esto? ¿Qué no sabes que eres mi vida? ¿Qué no sabes que me duele respirar si tú no estás?- "Esa voz es de Candy ¿Amor mío? Debo estar soñando, Pecosa, jamás hubiera querido que me vieras así". Pensaba tratando de aferrarse a ella, pero siempre había algo que se lo impedía.
"¿Soy acaso alguien tan malo, tan patético que debo por siempre suplicar por el cariño de quien a mí me interesa?
¡No!, se equivocan ese placer no se los daré. No me importa, así no es como quiero este amor, por pena, por lástima jamás.
La atención de los aplausos, ¿Debo pedirla? La necesito, necesito sentirme querido por alguien y ahí está, la audiencia lista, añorante de mí, de que me entregue por completo con todos y cada uno de ellos. Me entrego de manera total a mi público porque no tengo a quien más nadie entregarme, a alguien más a quien le importe. Siempre ha sido así ¿Por qué debo mendingar por atención? ¿No me merezco acaso un cumplido verdadero? ¿Por qué debo arrancarselo de los labios a alguien más? ¿Porque afuera ven mi valía y los cercanos la ignoran? Quiero que valoren mi alma, quiero que me valoren por quien en realidad soy. Soy un hombre apasionado que merece ser amado por completo, la gran pregunta es...¿Acaso no hay nadie que me acepte así? ¿Por qué nadie cercano lo hace? ¿Por qué es que me involucré con alguien que no está disponible porque elige no estarlo?
Estoy tan roto que no merezco ser reparado, no vale la pena la energía involucrada en un proceso tan desgastante. ¿Quién querría tan titánica tarea?" Tales eran sus pensamientos mientras entraba y salía de estados de conciencia.
Milagrosamente la espada no había tocado ningún órgano, sí, lo había atravesado, pero había llevado la navaja hacia el hombro, entrando sin ingresar al pulmón, justo arriba del lóbulo superior. Afortunadamente lejos del corazón, así que no había lesionado arterias ni grandes vasos. Había sido una herida profunda, pero limpia que había salido arriba del omóplato. El daño inminente era la sangre que había perdido, prevenir una infección ya que su sistema inmunológico estaba muy deteriorado a causa de los excesos. Era importante llevar una recuperación en reposo para que los tejidos dañados -que habían sido suturados durante la cirugía- se pudieran reponer. Eso en cuanto a los daños físicos. La recuperación de las heridas del alma eran otra historia.
En esta ocasión, nadie culpaba a Terry de su ausencia de los escenarios.
–La obra, la compañía yo, debo salvarlos– balbuceaba febrilmente.
–Terry, hijo, aquí estoy. – Decía Eleonor mientras secaba el sudor de su frente con infinita ternura. Su mano sobre su rostro se sintió fugazmente reconfortante hasta que una pesadez lo inundo de repente. Quiso levantarse pero no pudo, sentía que la cabeza se le partiría en dos aunque no sabía si le dolía más el pecho el cual sentía que le quemaba o la cabeza, que le punzaba. Apenas se dio cuenta que tenía el brazo izquierdo inmovilizado pegado a su pecho con vendajes. El ya familiar temblor de manos empezaba a tornarse incontrolable. No sabía en dónde estaba pero quería salir corriendo ¡Ya!
Quería decir algo, reclamarle a ella por estar ahí, pero al estar delirante su corazón hablaba por él.
–¿Mamá, mamá por qué no me quieres? – preguntó el joven de 22 años cuya voz sonaba como la de un chiquillo abandonado, pero de nuevo fue presa de la inconciencia.
– ¿Quiero saber por qué tiembla de esa manera? Se supone que ya se trataron las heridas, Doctor Martin explíqueme por favor. –
– Sra. Baker, ya se lo dije, le estamos tratando las heridas, pero debemos también tomar en cuenta el episodio de abstinencia por el cual está pasando. El delirium tremens es un proceso muy delicado del que apenas se está aprendiendo y.. –
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Terry Grandchester "Indigno"
RandomCandy y Terry, personajes entrañables. Sin embargo lo que amamos de ellos son sus rasgos más humanos con los que de alguna manera nos identificamos. Todos tenemos un lado oscuro y libramos una batalla diaria al tratar de comprender, conocer pero sob...