Ch 22 La Muerte De Marco Antonio
Candy regresaba del hogar de Pony con la determinación inquebrantable de aclarar las cosas. La Señorita Pony la había ayudado a analizar la situación desde otro punto de vista y se daba cuenta de lo mal que se había portado con Terry, de lo traicionado que se debía sentir con su proceder.
-Sabía que algo malo te sucedía mi amor cómo he podido ser tan ciega de no darme cuenta. Tú siempre has sido lo más importante en mi vida. – Candy tenía muchísimas ganas de ver a Terry de abrazarlo, de decirle que lo entendía y sabía por lo que estaba pasando. Quería reiterar que él era su prioridad, tan solo esperaba poder llegar a tiempo de alcanzarlo en Chicago.
La fuerte nevada que había iniciado justo antes de entrar a la ciudad estaba causando estragos en la llegada de los trenes y el transporte en general. Por el momento no había carros disponibles que la pudieran llevar de regreso a la mansión, así que no le había quedado más remedio que hablar para que fueran a recogerla. Le tocaba esperar en la estación pues caminar bajo la tormenta, en esas condiciones era imposible. Ya en alguna ocasión había decidido caminar bajo una tormenta y el frío se había alojado en sus huesos durante un largo tiempo. Esta vez, no se arriesgaría a un resultado desfavorable.
Esa separación había sido por una buena causa, así lo había creído firmemente y aunque le había roto el corazón ese motivo al que se aferraba aunado al recuerdo de Terry, era lo que la había ayudado a salir adelante. Ahora después de haber confirmado que Susana había sido quien rompiera las relaciones con Terry se sentía al igual que él engañada. Los habían timado de la posibilidad de estar juntos. Se sentía una tonta de no haberse quedado a su lado en Rockstown cuando más la había necesitado. No permitiría que eso sucediera de nuevo.
Escuchó un alboroto a lo lejos que la hizo interrumpir sus pensamientos. El bullicio se escuchaba cada vez más cerca mientras veía que una multitud se aproximaba en la plataforma contraria a la que ella se encontraba. Las ruidosas explosiones de unos flashes se escuchaban.
-¿Qué tiene que decir con respecto a las acusaciones de Fritzherbert?-
-Cuéntanos acerca de tu última conquista, ¿Dejaste a alguien suspirando en Chicago?-
-Terry, Terry te proclaman como el mejor Hamlet que se haya presentado, ¿cómo lo haces? ¿Cómo es posible que transmitas a la perfección todo el dolor del personaje, te basas en experiencias reales?-
Terry detuvo su andar y con una sonrisa se dirigió al reportero que hizo esta última pregunta.
-No sé si sea el mejor, pero si te aseguro que para poder transmitir emociones, debes de conocerlas a la perfección- había contestado bajando levemente la mirada – Pero ¿Quién no valora un buen drama?- para entonces, Candy que lo observaba desde lejos sintió un gran pesar en su alma al percibir algo más en sus palabras. No lograba entender exactamente qué era, pero sabía que había algo más que la mera territorialidad con su madre y el que ella no se lo hubiera revelado antes. Algo no cuadraba.
Otro tren recién arribaba en la plataforma donde Candy se encontraba. Del vagón de primera clase bajaban uno a uno los actores de la compañía Kensington. La prensa se volvió loca ante la aparición de la diva Eleonor Baker. Era la primera vez que coincidían en público los supuestos amantes desde que se había publicado el artículo.
-¿Señorita Baker que nos puede decir sobre los rumores de la relación entre usted y Terruce Graham?-
-¿Ha venido aquí para verlo?- Como toda una dama, la señorita Baker jamás contestaba alguna pregunta que tuviera que ver con su vida personal. Ni siquiera dignificaba las absurdas deducciones con algún comentario.
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Terry Grandchester "Indigno"
RastgeleCandy y Terry, personajes entrañables. Sin embargo lo que amamos de ellos son sus rasgos más humanos con los que de alguna manera nos identificamos. Todos tenemos un lado oscuro y libramos una batalla diaria al tratar de comprender, conocer pero sob...