{Capítulo 21}

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A medida que me acerco a la entrada de la habitación, más son los nervios que recorren mi cuerpo en este momento. Me siento algo decepcionada de que Samira jamás me haya confiado que tenía ese tipo de conversación con Wendell, ya que la vez que me contó que él le había hablado nunca mencionó nada relacionado a eso, por lo que pensé que serían charlas amistosas. Pero ahora lo que importa es que está en problemas con Megan porque se enteró de absolutamente todo y, viniendo de ella, todo es peligroso.

Entro bruscamente con la desesperación de encontrar a Samira como si su vida dependiera de ello.

-Sam, tenemos que hablar -exclamo secamente mirándola mientras ella se encuentra estudiando en la cama.

-¿Qué sucede, Lu? -pregunta con confusión dejando a un lado sus apuntes.

Sus ojos reflejan la preocupación ante mi forma de arribar al cuarto y mi tono de voz, pero lo único que puedo pensar es en advertirle lo que le espera.

-Estás en serios problemas con Megan.

-¿De qué hablas?

Intento contener mi enojo ante su intento fallido de ''no saber de lo que hablo'' y procedo con toda mi paciencia a comentarle las últimas noticias.

-Cuando estaba caminando por el campus en dirección al edificio escuché un llanto desgarrador, por lo que me dirigí allí y me encontré a Wendell con Megan discutiendo -realizo una pausa para tomar aire y continuar-. Ella descubrió que tú y él estaban manteniendo conversaciones eróticas, y por esto mismo amenazó que les haría la vida imposible a ambos.

Al culminar mi relato el rostro de Samira manifiesta la vergüenza y arrepentimiento. Sin saber qué decirme, mi amiga comienza a murmurar fragmentos de palabras para tratar de formar alguna frase de disculpas.

-Lu, yo... -inhala y exhala profundamente-. Lamento no haberte contado, es que...

-No me interesa lo que hayas hecho o no con Wendell mientras estaba con Megan -digo interrumpiéndola-. Ahora lo que importa es buscar la forma de prevenir lo que vaya a hacer.

-Me siento horrible. Jamás pensé fríamente la situación.

-Lo sé. A pesar que Wendell tiene la culpa porque era él quien estaba en una relación, tú también eres responsable porque lo sabías -respiro con profundidad para tranquilizarme-. Sabes que te quiero mucho, pero honestamente no apruebo lo de ustedes mientras ella esté al medio. Por más que la deteste con toda mi alma, ponte un segundo en su lugar.

Samira empieza a llorisquear desconsoladamente y verla así me parte el corazón, por lo que la abrazo para calmarla. Sinceramente me preocupa que se vea muy perjudicada con todo esto, aunque solo espero que Megan no tome represalias tan duras.

Paulo

La fría mañana me sorprende al levantarme de la cama viéndome obligado a abrigarme más de lo usual antes de asistir a clase. En camino al edificio de las aulas, me encuentro con Cole en el campus, quien todavía no ha notado mi presencia. Hasta este momento jamás he tenido la oportunidad de cruzarlo solo, pero finalmente se me da.

''Momento de saldar cuentas.''

-¡Oye, Davidson! -grito dirigiéndome a él.

-Londra, ¿qué te ocurre? -interroga dándose la vuelta y rebajándome con la mirada.

-¿Cómo es que se te ocurre haber lastimado de esa forma a Lucila?

Cole lanza una risa perversa como si estuviera bromeando al respecto, y eso incrementa mi furia interior.

-Llegaste un poco tarde, eso ya pasó.

-¿Acaso eres idiota o no entiendes? -me acerco un poco más a él-. No me interesa cuánto tiempo haya pasado, hay asuntos que siempre quedan pendientes.

-Tranquilo, no lo volveré a hacer -responde gracioso-. Además, ya estará nuevamente a mis pies y créeme que habrá oportunidad para tenerla en mi cama gimiendo mi nombre.

Mientras Cole suelta una carcajada, la ira se apodera de mí y me abalanzo sobre él para molerle el rostro a golpes. No me interesa si quedo suspendido o voy a detención, pero que aprenda que jamás se meta con mi colorada. De repente, siento que alguien tironea de mi camiseta separándome del idiota de Davidson.

-Cálmate, Paulo -dice la voz de Jay-. No vale la pena.

-¡Si te vuelves a acercar a Lucila juro que te desfiguraré! ¿Oíste? -amenazo a Cole que aún se encuentra tirado en el césped-. Ni se te ocurra tocarle un pelo.

-Déjalo, ya está -vuelve a insistir Jay sacándome de allí.

Una vez que nos encontramos lejos, y yo lo suficientemente calmado, es donde comienza el interrogatorio.

-A ver, a ver... ¿qué sucedió para que enfurecieras de tal manera? -pregunta Jay confundido.

-No sé si Lucila les ha contado, pero ella se enteró que cuando estaba saliendo con el estúpido este en realidad fue todo un plan entre Megan y él para enamorarla y luego herirla -explico acomodando mi cabello-. En el momento que Lucila me lo confesó, sentí la necesidad de ajustar las cosas.

-La violencia no es la forma, Paulo. Entiendo cómo te sientes con ello, ¿pero acaso pensaste que te estás jugando la permanencia en la academia?

-Lo hice, pero no me importó -respondo-. Si alguna vez Lucila sale dañada no podría evitar sentirme culpable por no haberla cuidado, porque no tienes una idea de lo que ella significa para mí.

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Y acá vino el capitulazo!!! Como prometí, lo traje durante la semana. Ahora a esperar hasta el domingo jeh.

Los leo ♥

Extranjeros | Paulo LondraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora