Lucila
Estas primeras citas con Cole han sido realmente maravillosas. A pesar que he tenido un mal comienzo con él, al igual que con Paulo, me ha demostrado que es un sujeto fantástico con una gran personalidad e historia por detrás. Haber comenzado a salir con él ha sido una excelente decisión, ya que me ha hecho olvidar de todo lo que me estaba atormentando con respecto a la escena que tuve con Megan y mi discusión con Paulo.
Debo admitir que ese viernes que vino a disculparse, antes de que saliera con Cole, ha provocado que mi corazón se derritiese de tal manera que me fue imposible no perdonarlo. Realmente me ha parecido un acto muy honesto de su parte y pude notar que esa noche, en sus hermosos ojos azules, reinaba la desesperación por arreglar las cosas. Luego de recomponer nuestra amistad, continuamos normalmente con las tutorías de física como si no hubiera sucedido nada. Borrón y cuenta nueva.
[...]
—Oigan, chicos. Adivinen quién me ha hablado —comenta entusiasmada Samira mientras ata su cabello en un coleta alta.
—No lo sé, tú dinos —responde Jay bebiendo un sorbo a su botella de agua.
Tanto el entrenamiento de baloncesto como el nuestro han culminado hace unos momentos, por lo que nuestro amigo ha venido a saludarnos y se quedó conversando un rato con nosotras.
—Wendell —susurra Samira con felicidad.
—¡Eso es genial!
Ambos la abrazamos eufóricamente por la noticia, ya que Samira viene esperando esto desde antes que Wendell esté con Megan.
—No quiero ser aguafiestas, pero... —dice Jay rascando su nuca—. ¿Acaso él sigue con ''ya saben quién''?
—Sí —responde Samira haciendo una mueca—. Pero creo que terminará con ella, o eso es lo que me dijo que tenía pensado.
Al tiempo que continuamos charlando, nos dirigimos hacia la salida del gimnasio para ir hacia el edificio de las habitaciones. Hoy ha llovido en abundancia durante todo el día y nos hemos visto obligado a entrenar bajo techo; lo que me ha llamado la atención es que Paulo no asistió pero aun así me ayudará con física esta tarde.
—Chicos, iré al sanitario. Ustedes adelántense.
Jay y Samira asienten mientras atraviesan la puerta. A medida que me acerco al vestuario, donde también se encuentran los baños, puedo escuchar una voz femenina y otra masculina que provienen del interior como si estuvieran hablando en secreto. Me sitúo con cuidado detrás de una columna para escuchar la conversación, reconociendo la voz de Megan y Cole.
—Todo está saliendo a la perfección —dice ella con felicidad—. Está cayendo a tus pies como lo planeé.
—¿Cuál es el propósito de todo esto? —pregunta Cole con algo de confusión.
—El hecho de que me haya quitado toda la atención cuando llegó, que sea amiga de Jay y que ahora esté con Paulo me provoca mucho asco. Quiere robarme a la platea masculina pero no la dejaré —confiesa cínicamente.
—¿Y Wendell?
—Es lo que menos me importa ahora.
La furia comienza a carcomerme por dentro, hasta que sin contenerlo más decido abandonar mi escondite para salir a escena.
—Así que ese es tu plan —digo cruzándome de brazos.
Ambos quedan perplejos ante mi aparición tan repentina. El rostro de Cole comienza a empalidecer por la sorpresa, mientras que Megan intenta por todos los medios disimular el desconcierto.
—Lucila, juro que puedo explicarte todo —dice Cole mientras se acerca a mí.
—Vete ahora mismo, no te quiero ver más —ordeno antes de que pierda la cordura.
—Lu, por favor...
—¡Vete! —grito haciendo que mi voz retumbe en los muros del sanitario.
Cole se retira cabizbajo y con el miedo presente en sus facciones dejándonos solo a Megan y a mí. Esto se pondrá interesante.
—¿Qué pretendes con todo esto? —interrogo acercándome a ella—. ¿Pensabas que jamás me enteraría?
—Es que eres tan tonta que me sorprende que lo hayas descubierto —dice mirando sus uñas—. Como escuchaste, detesto que me quiten la atención; ya me has impedido que me acerque a Jay, y ahora que quiero a Paulo no permitiré que suceda lo mismo.
Mis ojos se abren de par en par por lo recientemente confesado, pero no me prohíbe que sepa qué contestarle.
—A Jay no le atraes por nada del mundo, y Paulo jamás estaría contigo —retruco—. No eres su tipo de chica, claramente.
—Excepto que sea tan estúpido como para caer en mis engaños y que luego termine con el corazón roto —dice lanzando una carcajada.
La ira se apodera de mi cuerpo ante la idea de verlo a Paulo lastimado, provocando que rápidamente la tome a Megan por la camiseta empujándola contra uno de los muros del lugar.
—Que jamás se te ocurra tratarlo de iluso ni dañarlo —aviso secamente sin soltarla—. Y nunca intentes acercarte a él con malas intenciones.
—¡Suéltame, Carter! —chilla Megan intentando zafarse de mi agarre en vano—. Tus intimidaciones no me asustan, no puedes hacer nada.
Lamentablemente su rostro no expresa lo mismo y velozmente el pánico se apodera de ella, al tiempo que su voz comienza a quebrarse.
—Si no quieres que lo haga, simplemente no vuelvas a entrometerte en mi vida ni en la de Jay y mucho menos la de Paulo. No hagas que mi peor lado se escape de mí —amenazo haciendo que su espalda golpee nuevamente la pared con fuerza.
Megan no emite una palabra más y finalmente la suelto de su camiseta para irme de allí victoriosa. Igualmente las lágrimas no se demoran en emerger, debido a que todo lo de Cole fue un plan malévolo para lastimar mis sentimientos.
''Y pensar que sentía química entre nosotros...''
Seco con rapidez todo el llanto que logro dejar salir al tiempo que me dirijo al cuarto de Paulo para mi tutoría de física como es costumbre. El solo hecho de imaginarlo herido me destroza el corazón, pero no voy a permitirlo; no dejaré que nada ni nadie dañe a Paulo.
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Opaaaa, Lucila se puso agresiva ahre pero la otra también la buscó hasta que la terminó encontrando. Bueno, espero que les haya gustado el capítulo jeh.
No prometo nada, pero si puedo mañana subo el siguiente :)
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Extranjeros | Paulo Londra
FanficPaulo y Lucila son dos argentinos inmersos en Estados Unidos. Teniendo personalidades muy opuestas, aun así notarán que poseen algo en común más allá de su nacionalidad. ¿Te animas a descubrirlo?