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Los fantasmas de la mansión Millerfort

La mansión Millerfort está tan rodeada de historias como el propio apellido Millerfort. La leyenda cuenta que la edificación familiar fue construida en el siglo XIV, como un refugio para la anciana madre Millerfort, infectada con la peste negra. Expertos revelan que la datación de la casa no corresponde con dicha leyenda, pero quién sabe si los Millerfort poseen también poder sobre el tiempo o las piedras.

En la actualidad, el lugar da cabida a un modesto hotel más bonito que funcional, pero igualmente rodeado de un halo de misterio que atrae a los curiosos y valientes. Las dos torres, el pintoresco jardín o la brillante sala de baile son imanes para los amantes de la belleza, pero lo que ocurre cuando apagan las luces, supone la mayor fuente de los ingresos de la mansión Millerfort.

Es imposible pasear por el pueblo más cercano, Blacksmith, sin oír hablar de fantasmas en la noche, aullidos, arañazos de animales y extrañas presencias que te hielan la sangre.

Así que allí llevamos a nuestro equipo, con el fin de desentrañar este misterio para mis fieles lectores. Edgar Bowie, un servidor, se atrevió a adentrarse una noche en la mansión Millerfort, en compañía de un cámara y nuestro inestimable productor. Sigan leyendo para descubrir lo que tuvimos que enfrentar allí.

Lo primero que notamos, fue un ambiente familiar y acogedor que cambió bruscamente al ver nuestra cámara. Nuestro compromiso es grabarlo todo, documentarlo a fin de poder demostrar cada suceso que vemos. Sin embargo, nos pidieron que no grabásemos en el decepcionante interior de la mansión Millerfort, que parece ligeramente venida a menos. ¿Quizá los fantasmas estaban haciendo de las suyas?

La señora Millerfort fue la encargada de recibirnos y mostrarnos nuestras habitaciones. Aún poco conforme con nuestra cámara, pero sin motivo para dejarnos fuera, nos guio por la amplia escalera principal hasta unas habitaciones frías y pequeñas.

Definitivamente, las historias dieron de lleno, la falta de calefacción adecuada te hiela la sangre en las venas. Y una terrible tormenta estalló fuera, acabando de crear la ambientación perfecta. Que, por desgracia, fue lo único que no decepcionó aquella noche.

Preparamos nuestra cámara, la grabadora y el resto de nuestro equipo y nos decidimos a pasar la noche, sabiendo que la tormenta se cargaría cualquier posible grabación auditiva interesante, pero no queriendo desaprovechar aquella oportunidad. Por algún motivo, sospechábamos que la señora Millerfort no estaría tan conforme con que volviéramos por allí.

El primer sobresalto de la noche llegó cuando un servidor empezaba a dormirse en su silla por la decepcionante sesión que nos esperaba. El conducto de ventilación soltó un montón de polvo, aunque no calefacción y la tapa cayó a nuestros pies con un crujido. Tras ello, un sonido extraño, como el de arrastrar sobre el metal.

Nuestro productor se levantó a toda prisa, cámara y antorcha en mano para encontrar a uno de esos pequeños monstruos Millerfort huyendo por allí. Al parecer, se había enterado de nuestra presencia y había decidido poner su granito de arena. Y con ello, cualquier resultado visual estaría tan comprometido como el auditivo.

Decidimos salir a buscar al niño o a advertir a su madre sobre los juegos de uno de sus tres hijos. Sin embargo, lo único que encontramos fue a un perro enorme que estuvo a punto de devorarnos y que respondía a las órdenes de otro de los pequeños monstruos Millerfort.

En resumen, el único fantasma que hay en la mansión Millerfort son esos niños a los que nadie parece prestar demasiada atención.

Si te pilla tormenta, damos dos calaveras en la escala de cinco de terror. Si tienes la mala suerte de que está seco y no hace frío, sin duda la sangre te circulará con normalidad.

Cuando encuentres una rosa - *COMPLETA* ☑️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora