Domingo. Otro día más de la semana, otro día más sin hacer nada.
Añoraba la llamada diaria de Hugo, pero estaba claro que no iba a recibirla, en ningún momento iba a sonar mi teléfono y en la pantalla aparecería su nombre. Lo más tonto es que yo misma había decidido eso.
Suspiré antes de dirigirme al armario y vestirme con lo primero que pillé. Guardé mis llaves en el bolsillo y me puse mi abrigo.
—Mamá, voy a salir.
—¿Vas con Hugo?
—No, no voy a ir con él.
—Que raro... Siempre estás con él.
—Pues a partir de ahora ya no.
—¿Por qué, Lisa? —alcé los hombros y salí, sin dejarle soltar una palabra más.
Fui hacia el centro de la ciudad y pasé por delante de una plaza. En uno de los bancos, estaba sentado Carlos y su grupo de amigos. Intenté pasar lo más rápido posible para que no me vieran pero fue en vano.
—¡Lisa! —nunca me dejarían en paz.
Aligeré el paso pero Carlos me alcanzó y tiró bruscamente de mi hombro haciéndome dar la vuelta:
—¿Por qué no me dejas en paz de una vez?
—Por lo que veo, hoy no está tu amigo para defenderte.
—Déjame ya —intenté avanzar pero me empujó contra la pared.
—Me divierte —depositó su mano en mi cara y le di un empujón, pero no conseguí apartarlo.
De repente, al pasar no más de 10 segundos, su mano ya no estaba en mi rostro y cuando fui consciente de lo que había pasado, le vi en el suelo y a Hugo detrás muy enfadado.
—Vuélvete a acercar así a Lisa y no seré dueño de mi actos —Carlos se fue con su sonrisa engreída por donde había venido. Tenía claro que no tenía planes de dejarme en paz.
—Gracias Hugo, muchísimas gracias —avancé la distancia que nos separaba y le abracé fuertemente, aguantando mis ganas de llorar.
—De nada, Lisa. ¿Necesitas que te acompañe a casa para ir más tranquila? —negué con la cabeza.
—Vale, pues... Hasta luego.
—A-adiós —se estaba alejando y algo me decía que no le dejara ir de nuevo.
—¡Hugo! —al momento, se dio la vuelta, mirándome; esperando mi respuesta.
—¿Sí? —avancé hasta quedar a una corta distancia. Le volví a mirar, sus ojos brillaban más que nunca.
Pero de nuevo... Volví a acobardarme, como siempre.
—Se-se te ha caído un papel del bolsillo —cerró los ojos y asintió para, seguidamente, dirigir su mirada al suelo y coger el papel.
—Gracias.
—Gracias a ti.
Di la vuelta y prácticamente corriendo me alejé de allí, dejándole ahí plantado.
Quedé delante de mi casa en un momento, y como era habitual, me encerré en mi cuarto hasta la hora de cenar. Después, me tumbé en mi cama hasta quedarme dormida.
* 2 semanas después*
Hugo y yo no habíamos vuelto a hablar, y mucho menos nos habíamos vuelto a ver.
Era Viernes por la tarde, acababa de llegar del instituto, y me apetecía ir a tomar un helado, así que no dudé ni un segundo y salí a comerlo.
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Sólo amigos, lo prometo
RomanceHugo, el chico idóneo para Lisa; Lisa, la chica perfecta para Hugo. Un simple café unió sus vidas aquella tarde. Una promesa prohibió cualquier tipo de sentimiento. Un sencillo abrazo hizo flaquear aquel pacto. Un beso hizo q...