16

145 34 3
                                    

Las últimas notas del cuarto diario de mi hermano fueron escritas la noche anterior al lunes 21 de julio de 1969. En ellas describe brevemente los terribles acontecimientos. Pero al final cambia el estilo, y las frases son más largas.

Estoy en casa. En la cama. O me siento en la mesa y miro por la ventana sin ver nada en realidad.

Al menos no sé lo que veo.

No asumo que esté muerto. Intento pensar en otras cosas, pero siempre vuelvo a Yoongi. O al vacío. Mamá cree que estoy enfermo, y yo la dejo. No puedo hablarle de la muerte de Yoongi. Al menos de momento. Tendría que explicar demasiadas cosas. Me temo que no las entendería.

Papá tampoco. Pero quiero que sepan lo mío con Yoongi. ¡Dios, ya no recuerdo cómo era! Miro las fotos, pero es como si también estuviesen muertas.

Me siento junto a la ventana y contemplo la luna. Está en cuarto menguante y no se verá la mitad antes de que los astronautas caminen por la superficie. Mañana. Y Yoongi, que no se habría atrevido a pisarla, ni siquiera verá el acontecimiento por televisión. ¡Dios, qué cansado estoy! Intentaré dormir.

Unos días después volví a casa de Taehyung.

—Quieres que te cuente cosas de Hoseok —dijo Taehyung, sentándose frente a mí.

—Sí, pero primero me gustaría preguntarte una cosa.

—Claro. Pregunta lo que quieras.

— ¿Cómo sabías que Yoongi no asistió al funeral? — Taehyung me miró, sorprendido.

— ¿A qué te refieres?

—Cuando te pregunté si la persona que amaba a Hoseok estaba en el funeral, me dijiste que no. ¿Cómo lo sabías? — Taehyung bajó la vista y se acarició el muslo. — ¿Cómo lo supiste? —insistí.

—Sí, sí, te lo diré. No me presiones. —Suspiró—. Yoongi, o Milenec, no asistió al funeral por una razón muy sencilla. No podía. —Hizo una pausa, levantó la cabeza y me miró—. Había muerto.

— ¿Y cómo te enteraste? — Taehyung se encogió de hombros.

—Murió. ¿Acaso no lo entiendes?

—Sí, claro que lo entiendo. Pero ¿cómo supiste que había muerto? ¿Quién te lo contó? — Se puso pálido, inclinó la cabeza y enterró la cara entre las manos. —¿Te lo contó Hoseok? — Taehyung asintió. — ¿Vino a verte la noche antes de morir?

—Sí —susurró Taehyung.

— ¿Y por qué no me lo contaste? ¿Por qué no lo mencionaste? Sabías que me interesaba saberlo. Sabías...

Me di cuenta de que Taehyung estaba llorando y me callé. Lo miré, atónito.

—No llores, Taehyung —dije en tono amable, y le cogí la mano—. No llores. Se apartó y me espetó:

— ¡Que no llore! ¿Y eso a qué viene? —explotó—. ¡Te empeñas en hablar de cosas pasadas, desagradables y tristes y quieres que no llore! ¿Qué debo hacer? ¡Dímelo! ¿Cómo pretendes que reaccione? Dime, ¿cómo?

—Yo... no quiero que sufras —murmuré.

—Estoy sufriendo ahora mismo al contarte todos los detalles, los horribles detalles que preferiría olvidar. Apagó el cigarrillo y encendió otro.

—Solo quiero saber qué le pasó a mi hermano —musité—. Por eso te pido que me cuentes lo que sabes. Taehyung... ya sé que es triste y... — Suspiró, se levantó y se acercó a la ventana.

Mi Hermano y Su Hermano --- JHS+MYGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora