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Me obligué a no abrir el diario de Hoseok hasta el viernes por la noche. Mis padres estaban viendo una película en la televisión. Estuve un rato con ellos en la sala.

—Creo que no me voy a quedar —dije, y me levanté—. Me voy a la cama a leer. Que descanséis bien.

Me miraron, sorprendidos.

—Son las nueve y media —comentó mi padre.

—No estarás enfermo otra vez, ¿verdad? —se interesó mi madre.

—No, qué va. Solo un poco cansado. Buenas noches.

Coloqué las almohadas contra la cabecera, me desvestí y me metí en la cama con tu diario en las manos.

Martes, 24 de diciembre de 1968

Es casi la una, por tanto ya es miércoles. Hoy hemos ido a ver a los abuelos. Les regalé una vela que hice en el colegio. La abuela me regaló un jersey y el abuelo un libro. Tomamos café y volvimos a casa. Por la tarde vino Taehyung. Celebramos la cena de Nochebuena, y luego papá dijo que le apetecía salir a pasear. Pero le dije que ya no creía en Santa Claus. Tengo quince años. Mamá y Taehyung se rieron, y papá se puso un poco triste. Sin embargo, repartió los regalos. Me regaló este diario y el LP del musical Hair. Mamá me regaló unos vaqueros, pero tengo que cambiarlos. Me quedan grandes. Taehyung quiere introducirme en el jazz. Me ha regalado un álbum de Dave Brubeck. Es buenísimo. Pero todo este rollo navideño me resulta un poco extraño. Me gustaba cuando era pequeño; ahora tengo que fingir.

Viernes, 27 de diciembre de 1968

Por la mañana fui a la ciudad con papá. Cambié los vaqueros por otros de mi talla. Tomamos café en Nilsson antes de separarnos.

En la plaza encontré a Dahyun Jiwoo. Quieren que vaya con ellas a una fiesta de Nochevieja en casa de Jimin.

Pero les he dicho que tengo cosas que hacer. No quiero ver a Jong Jin ni a Jennie después de lo que ocurrió en la fiesta de Santa Lucía. Esta noche he ido a visitar a Taehyung. Me ha enseñado su nueva cámara, una Nikon. Hablamos de hacernos fotos el uno al otro. Quería hablar con él sobre ESO, pero no tuve ocasión. No es solo que no salga con mujeres, sino algo más, un presentimiento. Y aunque es mucho mayor que yo, lo considero un compañero, como un hermano mayor.

Hoseok escribía a veces cosas que me habían contado mis padres. Nada especial, solo detalles. Y hablaba mucho de Taehyung.

Taehyung se equivocó en el día que hicieron las fotos. No fue un domingo, sino el viernes 17 de enero de 1969. Y la historia de Hoseok era un poco distinta a la que me había contado Taehyung.

... Entonces Taehyung me dijo que yo era hermoso, que le gustan mis ojos.

No supe qué responder. Dijo que quería hacerme fotos, pero no solo de la cara. Le pregunté a qué se refería, y me dijo que quería hacerme fotos desnudo.

Al principio me quedé atónito, pero luego me pareció divertido. Aunque me puse muy nervioso. Me desnudé mientras él iba al baño. Pero solo me hizo una foto; sonó el teléfono...

Continué leyendo. Y sonreí ante algo que había ocurrido a finales de febrero de 1969. Hoseok había comentado el empeño de papá de atornillar los paneles frontales de las bases de los armarios:

Le dije que quería estar solo en mi habitación y que tendría que hacerlo otro día o que ya lo haría yo. Se enfadó un poco, pero aceptó. Espero que se olvide. De lo contrario, tendré que encontrar un nuevo escondite o arreglarme con el otro.

Por tanto, había otro escondite. Ya lo imaginé cuando descubrí el cuarto diario. Seguro que los anteriores no habían desaparecido. Estaba convencido de que el otro escondite no se encontraba en mi habitación. Luego, vi la primera anotación sobre Yoongi. O Milenec.

Martes, 13 de marzo de 1969

¡Qué día tan increíble! La última parte ha sido una doble lección de Arte. Håkansson nos dijo que íbamos a hacer algo nuevo: dibujo de un modelo natural. Supuse que nos dibujaríamos unos a otros. Pero cuando entramos en la otra aula había un tipo esperándonos.

Tenía tan buen aspecto que me puse colorado. Llevaba una gruesa bata y, mientras Håkansson daba explicaciones, se quitó la bata y se sentó en la mesa.

Estaba completamente desnudo. Me quedé mirándolo sin pestañear. En cierto modo, estaba mucho más desnudo que los chicos en el vestuario. Tuve una erección.

Cuando empecé a dibujar, me temblaba la mano. Pero a Håkansson le gustó mi dibujo, aunque piensa que embellezco las cosas. Me ruboricé otra vez. A veces tengo la impresión de que lo sabe.

Al salir del colegio, encontré al chico que posó como modelo. Salía de la tienda de golosinas cuando yo entraba. «Hola», dijo con una sonrisa. Lo saludé con un gesto y me puse colorado...

Creo que en mi vida leí nada con más avidez. Tampoco leí nada tan emocionante como el diario de los últimos seis meses de mi hermano.

Seguí leyendo después de que mi madre entrase a darme las buenas noches. Tras leer el diario entero, me quedé totalmente conmovido. Volví hacia atrás y releí párrafos.

Notaba los latidos del corazón en la cabeza y creo que acabé llorando. Fui al baño. Vi en el espejo mi cara blanca como el papel. Tenía los ojos enrojecidos. Me lavé la cara con agua fría para reaccionar.

El reloj de la cocina marcaba las dos y media. Se vislumbraban las primeras luces del amanecer al otro lado de la ventana. Apagué la lámpara de la mesilla, me cubrí con la manta y cerré los ojos. Pero no sé si estaba despierto o dormido.

Tenía los ojos cerrados, pero en mi cabeza la historia surgía una y otra vez, la historia de mi hermano Princi y de su amante.

Mi Hermano y Su Hermano --- JHS+MYGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora