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Después de tomar café, Yoongi me enseñó su casita. De vez en cuando nos deteníamos, y Yoongi me daba detalles sobre una foto o cualquier cosa que estuviésemos mirando. En su estudio había dos fotos en marcos ovalados.

— Son mis padres.

— Kyung hoon y Taehyunga —dije. Yoongi se rio.

— ¿Cómo lo sabes?

—Lo leí en algún lado. — Yoongi me miró, y luego sonrió.

—Creo que empiezo a entender.

Le devolví la sonrisa, un poco avergonzado.

—Has leído el diario de Hoseok, ¿verdad? — Asentí. Yoongi se rio de nuevo, con una mirada centelleante. De pronto, su expresión cambió. — ¡Dios, cuánto te pareces a él! —susurró. Bajé la vista al suelo, sin saber qué responder. —Lo siento. No pretendía... —murmuró Yoongi.

Estábamos los dos sentados en el sofá de la sala. Yo había llevado las fotografías de la caja de tesoros de Hoseok y se las enseñé a Yoongi. Le hablé de mi hermano, del cambio que había experimentado la imagen que yo tenía de él con los años, y le conté cómo había encontrado el diario y las fotos.

Me sentía más relajado.

—Parece cosa de Sherlock Holmes —comentó Yoongi—. ¿Cuándo ocurrió todo eso?

—Hace bastante tiempo —respondí, tratando de recordar—. No, quizá no tanto. Primero encontré las fotografías, y luego el diario.

—Entiendo. Y no sabías nada de mí hasta que encontraste el diario, ¿verdad?

La pregunta me desconcertó.

—No mucho.

—Es una extraña respuesta. ¿Qué quieres decir? 

Carraspeé y tosí un poco para ganar tiempo. Pero aunque dudase, no quería ni podía mentir a Yoongi. Ni siquiera quería disfrazar la verdad con un eufemismo.

—Cuando leí el diario de Hoseok encontré información sobre ti. Pero tú quieres saber si el diario me desveló tu existencia, ¿no?

Hizo un gesto afirmativo y me miró, asombrado.

—No fue eso lo que averigüé —continué—. Solo me enteré de que habías existido. Porque Hoseok pensó que habías muerto en el incendio de tu casa.

Yoongi se puso pálido. Se inclinó hacia delante, enterró la cara entre las manos y farfulló algo. Esperé un rato. Y luego me decidí a hablar:

— ¿Quieres que te cuente por qué Hoseok creyó que habías muerto?

—Sí, cuéntamelo.

—Hoseok te esperó en la playa, pero como tardabas tanto fue en bicicleta hasta tu casa. Llegó poco después de los bomberos y la ambulancia. Y vio un cuerpo con graves quemaduras en una camilla. Los camilleros cubrieron el cuerpo cuando apareció Hoseok, pero reparó en los pies que sobresalían bajo la manta. Sin ninguna duda vio tus zapatillas rojas de gimnasia, Yoongi.

— ¡Dios mío! —exclamó Yoongi. Tenía los ojos llenos de lágrimas y de nuevo murmuró algo que sonó a «crucifijo». —No era yo el de la camilla .

Dijo con una voz teñida de llanto

— sino mi madre. Tenía puestas sus zapatillas de gimnasia, que eran iguales a las mías. No era yo. Cuando la encontraron, yo iba camino del hospital. Ella estaba en el piso de arriba. ¿Por qué no habló con los bomberos? Seguro que se lo habrían dicho. Le habrían explicado... ¡Oh, Dios! Hoseok creyó que yo había muerto...

Mi Hermano y Su Hermano --- JHS+MYGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora