— Quatre vies — una sensación asfixiante y dolorosa aplastó a Jimin cuando leyó en un susurro el título del libro color rojo con detalles brillantes en la portada. Volteó para fijar su mirada en Taehyung — ¿De dónde lo sacaste, Kim Taehyung?
Como siempre, Jimin reposaba sobre el sofá de su habitación, con la bata, ahora de seda negra, cayendo por sus hombros. Pero esto no le importaba demasiado, Jimin adora sentirse así. Su vista estaba clavando a Taehyung contra la pared, pues estaba tardando en responder.
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Taehyung entró a la biblioteca a prisa y se dirigió hacia donde había dejado el libro que solía leer a Jimin por las tardes. Y que, por estar curioseando hasta muy tarde entre los libros de arte erótico, lo había olvidado en una de las mesas.
Pero sintió la sensación de que hoy sería una mañana bastante pesada, pues Hyunjin tenía el mismo libro en manos. Taehyung se acercó hasta el chico.
— No puedes leer ese libro, Hyunjin. Yifan lo hizo traer especialmente para Jimin, y sabes que nadie debe tocar sus cosas.
El menor le dedicó una sonrisa retadora, mientras abría el libro para comenzar a leerlo.
— Sabes que a mí me da igual ese monstruo.
La sangre de Taehyung hirvió. Iba tarde hacia su visita habitual con Jimin, y sabía cuanto amaba Park que fuese a leer algo o leer en su presencia.
Jimin le había confiado aquel libro a Taehyung, se lo había prestado sin importar que Yifan se enojara, y ahora Taehyung estaba en esta situación con el niño más caprichoso del Valle de las muñecas.
Hyunjin odiaba a Jimin, sin siquiera conocerlo. El chico pensaba que él sí se merecía los lujos que el amo Yifan siempre conseguía para Jimin. Siempre intentaba impresionar a sus compradores para que estos le dijeran a Yifan lo grato que había sido el encuentro, y poder conseguir las mismas ropas, comidas y regalos que Park Jimin. Pero el amo le decía que no tenía porqué recompensarlo por algo que era su obligación.
— Dámelo, no es tuyo Hyunjin.
Tae amenazó con arrebatarlo, pero el menor lo alejó.
— Si es de Jimin, no deberías tenerlo. Eso no le gustará a Yifan.
Y Tae lo sabía perfecto. Las cosas de Jimin, son exclusivamente de Jimin y nadie tenía el derecho de poseerlas. Sabía que si se llegase a enterar, dejaría a Jimin sin compañía y sin libros.
— Te lo devuelvo mañana. Lo leeré primero.
Taehyung no pudo objetar. Vio la hora, sólo le quedaban diez minutos con Jimin, y no sabía cómo haría para que lo perdonase.
Entonces corrió a sus aposentos, puso seguro a la puerta, y sin importarle lastimar sus uñas, comenzó a romper la madera de su tocador, para poder sacar su tesoro y ofrecerlo a Jimin como disculpa.
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— Lo encontré hace unos años... Sé que no debería estar en nuestra biblioteca, pero lo estaba y no podía dejar que lo... — Jimin interrumpió.
— Kim Tae, tu estancia en mis aposentos está por terminar.
Taehyung sabía que Jimin contaba en su mente cada segundo para no volverse loco. Y que había aprendido cuanto debía contar antes de que el seguro de la puerta se escuchara avisando a Taehyung que su tiempo había terminado. Jimin habló una vez más:
— ¿Vale la pena correr el riesgo de leerlo?
— Sí.
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Valley of the dolls // YM
FanfictionJimin es el ser más bello del lugar. Muchos dicen que en su vida pasada vendió su alma a cambio de tal belleza. ¿Cuanto estás dispuesto a pagar por poseer su cuerpo?