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Era día de tomar el té fuera, en el jardín. Todos los chicos salían y acomodaban la mesa con postres y teteras, casi parecía una broma en la que el Valley era un colegio de chicos delicados y hermosos que salían a beber té, leer libros y tener charlas profundas.

Quién lo diría, ¿de qué servía todo eso si los hombres que profanaban sus anos no les preguntaban siquiera su nombre?

Yifan hizo aparición, acompañado del mismo hombre pálido de la última vez, aunque en esta ocasión nadie se emocionó por servirle. La última vez desbordaba sabiduría, elegancia, era imponente y demasiado guapo, ahora... Sólo lograba ser demasiado desagradable. Sucio.

Maniático.

Aún así todos los chicos ofrecieron delicias en platos de porcelana y té dulce tibio.

El hombre se limitó a observar a todos y cada uno, esa mañana Taehyung decidió acompañar a todos.

En el momento en que pisó el jardín, algo en la cabeza de Yifan se encendió.

Algo en los ojos de Yoongi resplandecio.

Taehyung era la pieza perfecta del juego.

Por una parte, la única persona en la que, seguramente, Jimin confiaba.
A Yifan le convenía romper ese lazo.

Mostrarle a Jimin que en realidad estaba solo en este mundo.

En esta vida. Como en todas.

Por otro lado, Yoongi sabía que Taehyung era el único que tenía contacto con Jimin. Le vio entrar a la habitación libremente. Tendría que ayudarle.

Debía ayudarle.

— Buenas tardes.

Taehyung saluda a todos con una amplia sonrisa y toma asiento al medio, sirve en su plato un par de galletas de vainilla y coco, té de manzanilla, en el que vertió un poco de leche.

Los chicos charlaban sobre qué leer un diccionario de sinónimos y antónimos no servía de nada para tener buen vocabulario. Sería echar agua en un balde agujereado.

Taehyung no se metió mucho en ello, él mismo había leído ese diccionario y sus palabras sólo lograban verse forzadas.

A otro lado de la mesa, Yoongi jugaba con sus dedos debajo de la mesa, nervioso, el espacio libre en el guante se doblaba hacia delante y atrás gracias a las jugarretas. Sus piernas se movían nerviosas y los dientes estaban a punto de chocar entre ellos.

— Elige de una vez, Min. No te he invitado a tomar el té.

Yoongi ni siquiera tuvo que pensarlo, con un movimiento de cabeza señaló a Taehyung con la barbilla.

El destino sonrió ladino.

Valley of the dolls // YMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora