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— Fuera.

Se apresuró a decir Yoongi en cuanto escuchó la usual forma de Gray para abrir la puerta.

— ¡Oye! Los amigos no se tratan de esa manera, Min.

— Al menos que estén obsesionados con un prostíbulo imaginario.

La risita de Gray hizo que la piel de Min se erizara.

— Dime que no has hecho nada estúpido.

— Yoongi, el Valley es real. Deberías intentar ir. Estoy seguro que pasarías sin problemas la lista de espera para verlo.

Extrañamente había pasado un fin de semana bastante tranquilo. Esta vez Gray no estuvo en su casa tratando de que saliese o hacer algo estúpido, cosa que le pareció extraño, pues Gray nunca estaba quieto. Y ahora con esa risita, Yoongi se temía lo peor.

— Dime que no fuiste.

Su mejor amigo sonrió de lado, miro a los lados, para asegurarse de que nadie escucharía, y procedió a inclinarse.

— Y fue estupendo, Yoongi.

Yoongi no sabía si golpear a su amigo por el riesgo que conlleva haber visitado un prostíbulo, o sentir envidia, ya que Gray irradiaba tanto en ese momento, que era imposible negar que había tenido una buena ronda.

— Entonces... ¿Tú chico imaginario no te comió los sesos? — se burló de las diferentes historias que Gray le había contado.

— No, no estuve con él — esta vez Gray tuvo que susurrar, un chico había entrado a la biblioteca — no estoy tan bien acomodado como tú, Yoongi.

Min negó con la cabeza, no quería ir al mismo punto de siempre en donde Gray le decía que necesitaba sexo y relajarse un poco. Y si fuera cierto, no recurriría a un prostituto.

Se llevó consigo tres libros que habían devuelto en la mañana, caminó hasta los libreros buscando la sección correcta. Gray lo siguió.

— Luhan.

— ¿Eh? — Yoongi subió a la escalera movible, para poner los libros justo a donde pertenecen.

— Es un ángel, Yoongi. Todo es muy discreto, si es lo que te da miedo. No te topas para nada con otros clientes, y a los empleados no le conviene delatar a sus clientes.

— Un poco a la derecha — Yoongi evadió el tema. La escalera, con ayuda de Gray, se movió hacia la derecha. Min acomodó el último libro.

Con cuidado bajó, limpió sus manos con un pañuelo.

— No quiero ir a un jodido prostíbulo, Gray. No quiero ni necesito — advirtió Yoongi.

Sin embargo, el tema le estuvo comiendo la cabeza durante una semana. Gray sólo volvió a tocar el tema para contarle lo hermoso que era Luhan, su piel tersa, su cuerpo perfecto y que daba la impresión que jamás nadie lo había tocado, aunque era uno de los chicos más bellos del lugar. Le contó el exquisito sexo que tuvo, y que sin lugar a dudas, iría por más, y esta vez quería a él.

¿Qué tendría de especial?

Yoongi leyó nuevamente Quatre vies, jamás se cansaría de ese libro, se sentía muy real e intenso. Una verdadera lástima no encontrar al escritor, ni la editorial. No tenía información alguna, simplemente la historia que debía ser contada sobre un amorío que el destino había escrito, y que el mismo destino no quería juntos.

¿Por qué debía estar prohibido?

Primero, analicemos la ley crime d'honneur.

Dejando de lado todo lo que abarca, y centrándonos en la parte de interés. Es completamente justificable si un hombre, heterosexual, asesina a un homosexual. Por tratar de manchar su honor, y el honor a su familia.

En Quatre vies las escenas de sexo homosexual eran extensas, y muy detalladas. Y el intenso amor de un par de chicos, era visto como un peligro para la juventud. Romantizar la homosexualidad sólo traería más homosexuales al mundo.

Yoongi no sabía si existía otro ejemplar, o si el que tenía en manos es el único. Por años buscó, buscó saber más de aquel libro, pero era imposible, por los temas dentro de este y por el desconocimiento de los otros expertos en literatura. Nadie sabía nada, o quizá nadie quería saber.

Yoongi estaba enamorado del libro, de su hermoso protagonista y el final trágico que cambió su forma de ver las novelas cliché de escritores cursis sobre bellas chicas de Inglaterra enamorándose de su sirviente o un chico que se toparon en el tren, sólo para vivir felices por siempre.

O quizá todo se derrumbaría si hubiese una siguiente página.

El Valley tenía sólo hombres, información gracias a Gray, y dentro de Yoongi había un deseo de conocer el lugar, pues por fuera, en el mundo estúpido, pasaría mucho tiempo antes de conocer a un chico dispuesto, y sin miedo a ser asesinado, para una aventura.

— Valley of the dolls... — susurró para sí mismo.

Valley of the dolls // YMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora