15.

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Esa misma noche.

Está noche al parecer no me vería con Santiago pues tenía una tocada así qué decidí ponerme hacer la tarea que no había hecho por estar con Santiago.
Me preparé un snack y me metí demasiado en estudiar, tanto que me dieron las 3 de la mañana.
Terminé de hacer una poca que tenía pendiente para estos días, así que preferí dejar hasta ahí e irme a dormir, pues al día siguiente estaría adormitada.
Fui al baño a lavarme los dientes y al salir mi celular comenzó a sonar. Al ver la pantalla era un número desconocido.
Yo conteste.
—¿Si? —Conteste un tanto confundida.
—Si, hablamos del hospital general ¿Es usted Macarena García? —Me pregunta la voz de una mujer.
—Si, soy yo ¿Que pasa? —Pregunto con los nervios de punta.
—El joven Santiago Achaga ha sufrido un accidente, usted ha sido la primera que aparece en sus contactos...
No la dejé terminar cuándo le dije que iría allá. Colgué y me vestí nuevamente. Salí rápido del departamento, rogando encontrar un taxi, y por azares del destinó paso uno, al parecer yo sería su última vuelta. Llegamos en cinco minutos pues vió lo nerviosa y desesperada que iba, además de qué por ser madrugada casi no había autos en la calle.
Le pagué y me bajé rápidamente, entre en el hospital y pedí informes.
Una enfermera me llevó hasta la habitación en donde estaba Santiago.
Al entrar lo ví llenó de raspones y moretones. Tenía incluso una venda en la cabeza.
—Choco contra un póster de luz, iba en exceso de velocidad e iba intoxicado —Me dice la enfermera —Pero no te preocupes el va a estar bien.
Yo asiento, parece que me ha leído la mente. Entró a la habitación, y me siento a un lado de él. Tomó mi celular y le mando un mensaje por instagram a Mauricio y un par de amigos del grupo de idiotas de Santiago.
Al pasar las horas ninguno me responde.
Supongo que deben estar dormidos.
Siento un cansancio enorme en mi cuerpo y los ojos pesados, así que me duermo sentada, con mi cabeza en la cama de Santiago.
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Siento una mano en mi cabello acariciándolo, haciendo que me despierte.
Al ver, es Santiago el que lo hacía.
—Maca —Me dice.
—¿Cómo estás? -Le preguntó poniéndome de pié.
—Bien, pero no recuerdo nada —Me dice apretando los ojos.
—La enfermera me ha dicho que has chocado contra un póster por venir a exceso de velocidad —Le digo.
El se queda en silencio, parece que está intentando recordar.
—Ya recuerdo —Dice quejándose un poco.
—¿Te duele mucho? —Le pregunto tomando su mano.
—Si.
—¡Santiago! —Grita una mujer detrás de mí.
Es una señora igual a Santiago, debe ser su madre. La mujer corre hacía el abrazándolo.
—Mamá, me duele —Le dice Santiago.
Y me causa risa, no sé por qué.
—Eres un irresponsable... —Le dice la mujer.
—Mamá no empieces.
—Tú padre va a pagar la multa de tu chistecito. Yo siempre te lo he dicho, esa moto es del diablo.
—Mamá, basta me estás avergonzando.
Y la mujer me mira curiosa.
—¿Quién es ella? —Le pregunta.
Ella es Maca, mi novia.

EL (PARTE 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora