EL (PARTE 1)

20. {ÚLTIMO CAPÍTULO}

En las últimas semanas Santiago se las ha pasado en el estudió de grabación, todo marcha excelente. Todo está más que bien, tanto que me asusta, siento que se aproxima una tormenta y no se ni por qué.
Dave nos ha prestado uno de sus tantos departamentos para pasar los días ahí, es obvio que al regresar a clases yo me iré de vuelta y Santiago se quedará.
—Tú papá es el mejor suegro del mundo te lo juro —Me dice Santiago mientras prueba la comida qué mi padre nos ha traído.
Yo me río.
Su celular comienza a sonar.
—Si... ¿Enserio? Me mandas la ubicación y te veo en un rato —Dice Santiago para después colgar.
—¿Que pasa? —Pregunto curiosa.
—Voy a conocer a unos patrocinadores para mi primer demo que voy a sacar —Dice emocionado.
—¿Enserio? —Pregunto sorprendida.
—Si, voy a bañarme nena. Si suena mi celular contesta ¿Si? Dave va a mandar la ubicación.
Yo asiento.
Santiago se va al baño, yo me quedo en la sala viendo una serie mientras terminó de comer.
Su celular suena de pronto.
Yo lo desbloqueo, pues no tiene contraseña, al entrar a los mensajes veo el mensaje de Dave.
Y abajo de éste una conversación con Hails.
Yo no soy celosa, y mucho menos la clase de novia que le revisa el celular a su pareja, pero por alguna razón siento que debo revisarla.

"Hails"
¿No sé te hace que ya fuiste demasiado lejos?
Santiago:
"No te metas en mis putos asuntos."
"Hails"
"Te extraño, mi cama no es lo mismo sin ti"
"¿Qué? ¿Ya te enamoraste de la becada? Jajajaja"
"Santiago"
"Te importa una mierda ¿No?"
"Hails"
"Vamos santiago, no hablaras enserio. Tú mismo propusiste enamorarla para después romperle el corazón."
"Qué esa sería una forma de vengarte de la becada y ahora sales con esta estupidez. Eso no era parte del plan".

Y no quiero seguir leyendo, siento cómo el dolor quema mi pecho. Las lágrimas brotan, lágrimas de coraje.
¿Cómo pude ser tan idiota?
Todo era una puta apuesta y yo había caído, había caído cómo un pez en su trampa. Era un maldito monstruo.
—Amor ¿Dave ya mando la ubicación?
El escuchar su voz me produce náuseas, me da asco. No quiero ni siquiera mirarlo.
—¿Amor? —Me llamá.
Yo me levantó del sillón y caminó hacia el llena de coraje, llena de odio, llena de resentimiento.
El me mira extrañado, y sin pensarlo le suelto una bofetada para después aventarle el celular.
—Me das asco —Le gritó.
El me mira y traga saliva, sabe muy bien de lo que hablo.
—Maca, déjame explicarte —Me dice queriéndome tomar de las manos, yo retrocedo.
—¡No! No quiero que me vuelvas a tocar, nunca.
—Maca...
—¡No! Fui una idiota. Nada fue real.
—No Maca, te lo juro cuando te conocí mejor todo cambió, yo de verdad.
—¡Cállate! No quiero escucharte más. Eres un jodido imbécil.
Siento cómo las lágrimas caen sobre mi rostro. Siento tanto coraje, siento que en cualquier momento lo voy a matar.
Sin decirle nada más me salgo del departamento y el viene detrás de mí, ya no quiero estar cerca de ti.
—Ya conseguiste lo que querías, déjame en paz. —Le gritó.
—Maca por favor, yo de verdad te amó.
—No, no sabes lo que es amar, sólo te amas a ti mismo —le digo enojada.
Me paró frente al ascensor y lo llamó.
—Maca...
—No quiero volver a verte. Nunca.
Y las puertas del ascensor se cierran, y siento cómo todo dentro de mi se derrumba.
¿Y para que mentir? También lo amó, y mucho pero esto jamás se lo perdonaré.