10.

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Abrí los ojos lentamente, la luz solar me lástimaba. Cuando me gire pude ver a Santiago durmiendo plácidamente detrás de mí, su mano estaba envuelta en mi cintura.
Sonreí estúpidamente.
Era sábado así que no me molestaba que él se quedará todo el sábado así conmigo. Sin embargo comenzaba a hacer calor.
Me separé cómo pude de él y salí del auto sigilosamente. Me estire un poco y tome aire.
"Me encantas" recordé lo que Santiago había dicho y me mordí el labio inconscientemente.
Abrí la puerta del auto para buscar mí celular y ver la hora pero en su lugar encontré el de él. Tenía varias llamadas perdidas de Mauricio y no era cómo que yo le revisaría el celular pero pude leer un mensaje que decía ”Trae tú culo acá, tenemos tocada en la noche, recuérdalo“
Supongo que sabían que sí Santiago se pasaba de copas tenían que ocupar parte del día para que el se sintiera mejor.
Tomé las llaves del auto y comencé a manejar, no sabía cómo Santiago apesar del ruido del auto no sé levantaba. Llegamos a su departamento una hora después, pues yo era muy cautelosa al manejar.
No sabía cómo rayos podría cargarlo y llevarlo dentro de su departamento.
Parece que alguien me leyó el pensamiento pues de pronto la puerta del departamento se abrió y Mauricio salió de éste.
Lo conocía por qué pertecia al grupo de idiotas de Santiago.
—¿Y Santiago? ¿Por qué venías manejando tú mi auto becada? —Me dice, me hierve la sangre y lo miro cabreada.
—Su nombre es Maca boludo —Escucho la ronca voz de Santiago detrás de nosotros. Se baja del auto lentamente, parece que ni siquiera ha bebido nada, pues está cómo si nada —Ella me ha traído ¿Hay algún problema?
—Si, mira cómo ha dejado el capo del auto —Dice señalando la aboyadura que Santiago ha hecho la noche anterior.
—Te voy a pagar —Le digo.
Santiago me mira con el ceño fruncido.
—Más te vale "Maca" —Me dice haciendo énfasis en mi nombre, y se mete de nuevo al departamento.
Idiota.
—¿Te quedas a desayunar? —Me pregunta Santiago.
—No, tengo que irme a preparar para ir a trabajar, entró en unas dos horas —Le digo —Pero gracias.
—No, gracias a ti por traerme —Me dice sonriendo.
—No hay de qué —Le digo —Nos vemos en la Universidad.
—Oye ¿Quieres ir a una tocada que voy a tener? —Me pregunta.
—Eh... Sí —Le respondo con una sonrisa.
—Vale, más tarde te envío la ubicación —Me sonríe.

(+)

Todo estuvo tranquilo en la tienda, todo el día estuve pensando en Santiago por alguna extraña razón.
Estaba demasiado ansiosa por qué llegará la noche.
Cuándo salí de trabajar, por fin me llegó el mensaje de Santiago.
«Está es la dirección guapa... Muero por besarte de nuevo”»

EL (PARTE 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora