Nunca había utilizado un elevador privado en su vida, pero al parecer, aquel era un día de primeras veces.
Sintió un par de mojados labios atrapar su boca en un beso desordenado y se preguntó porque no había hecho eso antes. Había algo extrañamente libidinoso en la manera en que aquel alfa lo tocaba y lo hacía gemir, en la manera en que apretaba su cuerpo con posesión contra el espejo del elevador y en cómo, de vez en cuando, se separaba de su boca para trazar un camino mojado entre su barbilla y su cuello. Y definitivamente había algo grotescamente excitante en no saber ni siquiera su nombre, en no conocer nada de su vida, y en no tener ninguna atadura, nada que marcara su existencia en la vida de aquel apuesto alfa salvo sus caricias y besos.
Niall nunca antes había deseado llegar más rápido a un lugar.
El camino continuó entre jadeos, besos y gruñidos. Cuando el ascensor por fin se detuvo entraron sin mirar a sus alrededores, agarrados el uno del otro con sus bocas atrayéndose como imanes, caminando sin separarse dentro de un penthouse maravilloso del que Niall no tuvo tiempo ni ganas de detallar. No porque no le interesará, sino porque no tenía tiempo de observar. Estaba demasiado ocupado haciendo dos cosas a la vez; la primera era tratar de no tropezarse mientras avanzaba entre las penumbras en una casa desconocida y la otra era besar con furia a aquel atractivo alfa que parecía tener una fijación especial con su boca. Avanzaron con torpeza, casi chocando con un sofá que pareció materializarse en la oscuridad y del cual nadie estaba prestando verdadera atención, demasiado enredados entre extremidades y bocas como para perder el tiempo en ese tipo de banalidades.
En un momento Niall trato de sacarse el abrigo, y el alfa de un tirón se jaló la corbata.
— ¿Qué quieres que te haga, omega? — preguntó el alfa con los ojos oscurecidos, inspeccionando su rostro con atención mientras se quitaba la ropa.
Niall podía pensar en mil cosas que quería que le hiciera, pero ninguna parecía poder escapar de su boca. La locura del momento de repente asentándose en su estómago como un golpe de realidad.
Había ido al 207 para festejar, no para acostarse con un alfa del cual no sabía ni siquiera su nombre.
Maldición, algo de aquello se sentía mal, pero increíblemente bien a la vez.
Niall estaba en un penthouse que valía más de lo que alguna vez vería en su vida, a punto de acostarse con un alfa que estaba muy por encima de sus expectativas, y definitivamente fuera de su liga, como si de pronto él fuera el tipo de personas que tenía cosas de una sola noche, y la verdad era que no. La última vez que había tenido sexo había sido años atrás con su novio Jack, del cual ahora no sabía nada y tampoco le interesaba.
El punto era, Niall no hacía cosas como esas.
Pero nada de eso podía importarle en ese momento, lo único que realmente ocupaba su cabeza era la protuberancia que se estaba formando entre sus pantalones y lo caliente que se sentía su sangre, y su cuerpo, y su mente en general. Quería seguir tocando, probando y besando, quería tenerlo a él en su boca, arrodillarse, que le jalara el cabello y que lo follara en contra del sillón.... O en la cama, o en la cocina, quizás contra esa ventana que iba desde el piso hasta el techo que daba la vista de toda la ciudad, de cualquier manera, le daba completamente igual.
— Usa tus palabras de niño grande —continuó el alfa, ahora con humor — ¿Qué quieres que te haga?
Niall se acercó hasta él, buscando con una mano el calor de su cuerpo.
Se sintió invadido por el deseo y la única vez que recordaba haber sentido su cuerpo así de caliente y aquella falta de lucidez que ocurría en su cabeza era cuando estaba en sus días de celo.
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say my name ; ns
FanfictieNiall no es el tipo de omega de tener cosas de una sola noche, hasta que lo tiene. Harry Styles es un alfa iniciando su temporada de cortejo. Ambos se conocen por pura casualidad. ✧ portada por: @STORANDES_14