18

1.5K 192 110
                                    


Niall se tomó su bendito tiempo besando la parte baja del vientre del alfa.

Una mano posesiva sobre su cabeza lo guiaba siempre un poco más abajo, unos cuantos gemidos involuntarios se escapaban entre el silencio de la noche, mezclándose de vez en cuando con el sonido de la boca de Niall que marcaba su paso en la piel tersa de Harry. Una ansiedad desbordante por volver a probarlo luego de casi una semana lo envolvía en una actitud desvergonzada por hacerlos sentir placer. Era casi palpable en aquel departamento el olor a sexo, hormonas y desinhibiciones.

Y entonces, de repente, el sonido de un celular rompió el encanto con solo dos notas.

Niall se separó al tiempo en que sentía la mano de Harry retirarse de su cabeza de mala gana, y tantear por sobre el saco de su traje, que se había sacado con presura momentos antes, buscando su celular.

Cuando lo encontró, se preocupó de mirar el nombre de la desafortunada alma que había decidido interrumpirlo antes de contestar, y cuando lo hizo, Niall pensó que debía ser alguien importante para que el alfa decidiera no comerlo vivo por tamaña trasgresión.

Se quedó quieto en su lugar, arrodillado en el piso y en silencio como un buen omega esperando a que la llamada terminara y pudieran retomar, hasta que vio al alfa levantarse del sillón y regresar con su laptop del trabajo y fruncir el ceño ante lo que estaba escuchando, entonces, decidió que el sexo de esa noche estaba pospuesto indefinidamente.

Durante los tiempos muertos de su llamada, Harry le hizo unas cuantas señas para que pidiera una pizza e hiciera lo que quisiera. Lo vio modular "champiñones" sin que un sonido escapara de su boca y Niall ordenó una pizza con el borde relleno de queso, mitad champiñones y mitad pepperoni y como si se tratara de su casa, se fue a dar una ducha.

Harry ni siquiera se molestó en preguntarle a donde iba.

Trató de no asustarse por el invento alienígena que resultó ser la ducha de Harry, ni tampoco en fijarse en todos los productos de belleza que mantenía organizado junto al lavamanos y dentro de la misma ducha. Simplemente tomó una de las toallas (todas blancas) que estaban en un armario, se sacó la ropa lanzándola en un cesto que no sabía bien si era de decoración o de hecho se usaba, y se metió en la ducha apretando los botones que su cerebro dictaminó hacían más sentido.

Rápidamente comenzó a salir agua de todas partes. Niall apretó un botón que decía "masajes" y se acomodó para que le llegará en la espalda. Sacó un poco de un gel de ducha hugo boss, algo que decía face wash y con un "Armani" escrito con letras negras, un exfoliante corporal a base de miel, algo que según el frasco era una loción para los poros, y shampoo en el cabello.

Salió sintiéndose más suave que nunca, y oliendo a Harry. Llegó a la habitación con una toalla enrollada en la cintura. Harry tenía una pieza entera en donde guardaba toda su ropa, o más bien sus trajes, pero sabía que en el mueble junto a la ventana, guardaba la ropa más casual que no costaba un ojo de la cara. Allí encontró una camiseta de mangas largas que se sentía bien al tacto y unos pantalones Adidas que le quedaban un poco grandes.

Cuando se asomó por la sala de estar, Harry ya no estaba hablando por teléfono, sino que lucía concentrado en lo que estaba leyendo de la laptop.

Levantó la mirada cuando lo sintió llegar.

— Tu ducha es un sueño. Y... los productos de tu baño me dejaron la piel como de veinte. ¿Por las mañanas si tienes los ojos hinchados te pones una bolsa de hielo y haces abdominales?

Harry curvó la comisura de su boca y le hizo señas a Niall para que se sentara junto a él.

— Bateman no comería pizza. Ah, me olvide de decirte que la pidieras de Piccola.

say my name ; nsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora