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La semana más difícil de su vida lo sorprende la mañana del jueves con una notificación en su celular que avisa que Harry ha mandado un mensaje.

Dejando de lado las transcripciones del caso Kadenzy, se encuentra con dos simples palabras que hacen que su corazón se acelere y una sonrisa de bobo asome en su boca.

"¿Cómo estás?"

Aceptando, de mala gana, lo mucho que lo extraña, ni siquiera tiene la dignidad de esperar unos cuantos minutos para contestar con pretendida normalidad.

Cuando se da cuenta, el mensaje ya está enviado.

"¿Bien y tú? Te extraño"

No es de ser tan impulsivo, pero de nada sirve darle muchas vueltas al asunto, al final, sintiéndose como un niño pequeño mensajeando con su crush por primera vez, decide que el mejor plan de acción es simplemente dejarse llevar por lo que sentía, y regresar su atención al caso Kadenzy.

Cinco minutos después es interrumpido nuevamente.

Lo cual consideró un record. Por lo general, Harry era pésimo para contestar mensajes.

"Puedes no extrañarme esta noche en mi casa"

Otro mensaje llega al segundo después.

"Si la propuesta no es suficiente, podemos negociar una pizza"

Tratando de no reírse, Niall escribe.

"Una pizza con borde de queso y Netflix, no me conformaré con menos"

"Espérame en el vestíbulo a las 6"

Estaba esperando que todo fuera cuesta abajo desde que Ross lo amenazó con su carta de amonestación, pero, por milagroso que pareciera, las cosas estaban saliendo relativamente bien.

George no había asomado su estúpido rostro desde que se sentó en su cubículo, Ross no había salido de su oficina en lo que iba de la mañana, y ahora, Harry lo invitaba a comer en su departamento como por arte de magia.

Era una buena oportunidad para verlo, besarlo, pasar su mano por su cabello y... hablar.

Hablar. Porqué tenían mucho que hacer de eso.

Tenían que dejar en claro qué demonios ocurriría con su celo, preguntarle si estaba disponible el viernes por la noche para la espontanea cita doble de Louis, saber si necesitaba de su ayuda en el nuevo caso que según Gemma se veía complicado, y cerciorarse de que luego de su celo, a primera hora, Niall saldría del piso 48 para no volver a pisarlo nunca más.

Tenían que hablar de muchas cosas, pero principalmente, Niall ansiaba una buena pizza junto a su compañía.

Con el ánimo repentinamente repuesto, y una sonrisa resplandeciente en la boca, la mañana paso volando entre el trabajo, las tazas de café y su música de ambiente.

A las cuatro de la tarde se levantó para buscar un documento que le faltaba. Mallory lo vio por el rabillo del ojo y rápidamente alzo un dedo al aire para llamar su atención.

Niall se quitó los audífonos mientras la veía hablar.

— ¿Vas al cuarto de archivos? — preguntó ahora buscando algo entre sus cosas.

— Si, ¿necesitas algo? — bajándole volumen a su música, vio a Mallory asentir mientras le entregaba un papel que acababa de encontrar.

— ¿Me traes estos folios? Te prepararé un café.

Eran tres documentos que no parecían difíciles de rastrear. Asintiendo, se puso los audífonos de nuevo para marcharse de allí con Nine inch nails de fondo. Antes de que la música lo distrajera, miró a Mallory.

say my name ; nsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora