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(Trigger warning: acoso sexual)

Lo primero que vio apenas las puertas del elevador se abrieron fue la cara sonriente de Gemma.

Harry a su costado comenzó a caminar primero, avanzando lo suficiente para salir de la ecuación, pero manteniéndose cerca para escuchar lo que fuera que su entrometida hermana estaba por decir.

Con una sonrisa deslumbrante Gemma le ofreció un café de Dolce Talia.

— Un iced caramel macchiato para el mejor asistente de la firma, y tu favorito — sacó una mano de la espalda — ¡un muffin!

Acababa de desayunar con Harry, pero no podía decirle que no a la comida regalada. Niall la tomó con una sonrisa mientras mordía el muffin.

— ¿Me olvide que hoy es mi cumpleaños? — preguntó, con la boca llena.

Harry se devolvió de donde estaba y le puso una mano en el cuello, guiándolo para que apurara el paso a la oficina — No, Niall. Gemma solo quiere sacarte información.

— Oh.

Aquello tenía sentido. Ni él ni Harry estaban interesados en poner una pizca de esfuerzo para parecer "sutiles" y Gemma ya los había visto llegar dos días seguidos juntos, por lo que alguien tan inteligente como ella ya debía de haber sumado dos más dos. El problema era que eso no significaba que se abstendría de hacer preguntas o enterarse de qué estaba pasando.

Para alguien que disfrutaba sabiendo todo, que no le confirmaran nada debía doler.

— Solo quiero saber si están saliendo — dijo mientras los seguía hasta la oficina. Harry arrugó el entrecejo cuando la vio entrar pero no la echó enseguida.

— ¿Y porque deberíamos decirte?

Gemma se cruzó de brazos y entrecerró los ojos, parecía como si la pregunta la hubiera ofendido.

— Porque soy tu herma-

— No es razón suficiente — la cortó.

Gemma frunció el ceño exasperada.

La verdadera razón por la que ninguno de los dos quería confirmar nada, era porque todavía no sabían exactamente qué confirmar. ¿Qué le dirían a los demás? ¿Qué estaban saliendo? Ambos sabían que no estaban saliendo realmente, era un poco más serio que eso. Harry era su pretendiente, y a pesar de qué no habían pasado muchos días desde que había establecido sus reglas, el alfa, cómo todo en la vida, estaba dando lo mejor de sí.

Lo había invitado a un restaurant de lujo, habían ido al cine y hasta caminaron de la mano por la calle sin que ambos estuvieran ebrios, drogados, o avergonzados por actuar como adolecentes enamorados. Niall recordaba el momento casi como una experiencia extra corporal, porque lo había sentido así. Quizás había ayudado que estuviera oscuro, y que el parque estaba casi vacío salvo a uno que otro trotador y una pareja paseando a un perro, pero cuando se animó a buscar la mano de Harry, y a entrelazar sus dedos, se dio cuenta que lo que lo había impulsado para hacer aquel acto temerario fue nada más y nada menos que una fuerza cósmica qué quería mostrarle cómo era sentirse verdaderamente bien, libre y protegido.

Niall todavía estaba sorprendido de que Harry lo hubiera aceptado sin decir algún comentario jocoso, o que hubiera mantenido el agarre aun cuando la pareja de ancianos los miró por más tiempo de lo normal. También le sorprendió la calidez de su mano, y la manera en que lo besó cuando se sentaron en una banca.

Mientras Gemma se iba, y los miraba con cara de "nunca olvidaré esta traición", Niall pensó en qué tan buena idea sería contarle que ambos estaban intentándolo.

say my name ; nsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora