Para su sorpresa, Anthony, el hombre del centro comercial le ha invitado a comer. Dice, se aburre en su trabajo y necesita salir o matara a todos sus empleados. Ríe ante las caritas que le manda junto con los monitos con caras graciosas y movimientos exagerados.
Está en la cocina, no quiere salir, prefiere comer ahí.
–Tú que dices, ¿acepto?
Vella desde el sofá le ve, con la cabeza sobre el reposabrazos, con las patas delanteras por fuera del mueble. Mueve las orejas. Sabe que no le ha prestado atención porque el sofá es más cómodo que sus discrepancias de una posible salida. Humanos.
–Vale, acepto.
Envía el sí. La respuesta no tarda en llegar. Ahora la cuestión es, ¿ir o que venga?
–Vella, ¿voy o viene? –La canina no mueve ni el rostro, sólo le observa. –Vella, necesito ayuda aquí niña. –Gruñe, se levanta y le da la espalda, ella prefiere el sillón que estarlo escuchando.
Niña lista.
–Vale, voy.
El resto del día no puede parar de sonreír. Anthony le espera para comer, el lugar será sorpresa le ha dicho. Se ha cambiado cinco veces, Vella le ve desde la cama, le ha ladrado, gruñido y girado la cabeza. Entre sus patas está un peluche que vio tiempos mejores. Se percata de la hora, corre, se despide de su perra desde la puerta. No se molestó en decirle que se baje porque ya es cosa perdida. Ella se ha adueñado de su cama.
Nervioso, ve a Anthony en un traje a la medida color negro. Le sonríe, el teléfono es guardado en sus bolsillos y le guía calle abajo.
No siente el tiempo pasar.
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Vella
FanfictionSteve es bueno con las máscaras. Se atrevería a decir, que es mejor que cualquier espía o persona. Una caja le ha brincado a los pies, se ha puesto en guardia. Busca al enemigo. Ríe, su atacante no pesa más de un kilo. -A ti también te han abandonad...