Parte 37

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Unas semanas después la bomba estalla, de alguna forma aquel sujeto logró entrar a la base y activar el protocolo del Soldado del Invierno. James ataca al moreno, los agentes se vuelven locos, hay alarmas, botas contra el piso y el equipo dividido.

No comprende en qué momento pasó todo aquello.

Él no pidió nada de eso. Ni siquiera podía pensar con claridad, menos actuar. Todo era confuso, extraño.

La segunda onda expansiva llegó.

Zola reveló la verdad tras el soldado de Hydra, Anthony exigió respuestas a las cuales no tenía respuestas. Exigencia, burlas y desasosiego.

Anthony pedía una cosa, James otra. ¿Y él? ¿A él cuando le van a preguntar cómo está? ¿Cuándo le van a pedir su opinión? ¿Cuándo se darán cuenta que no estaba bien?

Dentro de él todo explotó. La ignorancia de Anthony, la exigencia de Fury, las interrogantes de Natasha, el ruego de James. La pérdida de Vella. Todo era una mezcla difusa, obscura y nebulosa. Su corazón está desquiciado, la presión en su pecho no le deja respirar adecuadamente, sus ojos no ven.

Un destello le detiene, a la lejanía, un susurro. Parpadea, hay manchas de sangre aquí y allá, Anthony con su traje está en el suelo, él sobre el hombre, su escudo está arriba, sus dedos le sostienen de los bordes y sus brazos están listos para dar la fuerza necesaria al objeto. Parpadea, ve Anthony mirándole con cierto nerviosismo y miedo, ambos mezclándose.

Se cae.

El estruendo del escudo rompe el silencio.

-An... Anthony...

Se rompe. Se deshace como la arena ante la marea.

Llora, los gimoteos se vuelven sollozos. Las lágrimas no paran de salir, no puede decir una palabra correctamente. Es demasiado. Le han quitado todo y no sabe cómo recuperarlo.

-Steve.

Anthony le llama, el hombre no sabe cómo proceder ante él en ese estado, Steve lo ve en sus ojos, en su rostro lleno de moretones. Sigue llorando, no le importa si el ejército o lo que queda de SHIELD está ahí afuera. Se deja caer totalmente derrotado y cansado en el cuerpo de Stark. La imagen posiblemente es de un niño que ha perdido a su madre. Se talla los ojos, sorbe los mocos y limpia sus labios por el exceso de saliva.

Sin darse cuenta está aferrado al pecho de Anthony, sin armadura y con el traje negro que suele usar para manipular el traje. Le besa y aprieta entre sus brazos. Steve llora más fuerte.

-Ve-vella, An-antho-thony.

-Está bien, mi principito. Todo estará bien.

Steve cree en sus palabras mientras se deshace en más lágrimas que poco o nada le dejan respirar correctamente.

No existe nadie más, que Vella en su pensamiento.

VellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora