Capítulo 20: Una segunda oportunidad

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Me encontraba en la caja. Era una habitación totalmente a oscuras, no entraba luz por ningún lado y la cantidad de oxígeno que había era limitada, respirar era muy difícil.

Mi conciencia estaba al borde de la perdición, no tenía ni la más mínima idea de cuánto tiempo había estado aquí desde la golpiza.

Días...horas....minutos... no tenía ni idea, en este momento todo significaba lo mismo.

Articular una palabra me era imposible y moverme lo era aún más. Desde que me aventaron a este cuarto, no había movido ni un solo músculo.

Poco a poco iba perdiendo la cordura que me quedaba, en la oscuridad de la habitación podía ver mis peores miedos volverse realidad.

Solamente estaba esperando mi muerte. Me había resignado a volver a mí mundo y volver a encontrarme con mí familia y conocidos.... Aunque quizá si moría aparecería en una cama del hospital y todo no habría sido más que una pesadilla.

Como si eso fuera a pasar....

Siéndome imposible mantener cualquier hilo de pensamiento, caí inconsciente por última vez....


Todo se sentía tan cálido, una cómoda luz me incitó a abrir los ojos.

"¿Dónde estoy?"

Desperté una cama de cerezos en medio de un bosque. Toda esta escena me era tan familiar.

"¿Cómo llegué aquí? Mis heridas...."

El dolor que sentía antes, se había desvanecido de mi cuerpo junto con cualquier rastro de heridas, había sido reemplazado por una sensación de calidez en mí interior.

Mis ropas también habían sido cambiadas, ya no llevaba el conjunto de ropas naranjas de prisión. Ahora vestía las mismas ropas con las que llegué a este mundo.

"¿En qué momento me cambie?"

¿Acaso estaba en la transición al cielo? ¿De verdad había fallecido en esa habitación?

"No puede ser posible...."

Una parte de mí se rehusaba a aceptarlo, pero por otro lado había perdido la voluntad de oponer resistencia, solamente quería descansar.

"Solo espero poder encontrarme un dia con Samantha y Alan...."

Con eso en mente, empecé a caminar esperando llegar a mí inevitable destino.

Pero...

"No estás muerto, aun tienes muchas cosas que hacer."

"¡¿Quien eres?!"

Al escuchar una voz detrás de mí, rápidamente me di la vuelta y me quedé sin palabras.

"No puedo contestar eso."

"T...tú... tú eres...."

Era la chica con presencia divina que conocí el primer día en este mundo, ahora por fin la tenía frente a mí, pero....

Aunque podía ver su cuerpo...me seguía siendo imposible ver su rostro, estaba siendo tapado por destellos de luz provenientes del sol.

Sin embargo, seguía emitiendo una poderosa eminencia y divinidad.

"Tienes una misión muy importante que cumplir, no puedes morir."

"¡Espera! ¡¿Tú sabes cómo volver a mí mundo?!"

"No puedo decirte eso aquí."

¡¿QUÉ?! Más que sentirme alegrado, me sentia bastante molesto.

Héroe de otro mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora