Capítulo 39: Ryuusui

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 El pueblo enfrente estaba a menos de un kilometro de distancia, pero ya podía apreciarlo claramente.

Justo como podías esperar de cualquier pueblo de fantasía, casas medievales con estilos rústicos, pequeñas bardas de madera rodeando el lugar y un gran cartel con el nombre del pueblo.

"Ciertamente es algo humilde."

No llegaba a la magnificencia de Kyouko, pero era más grande que cualquier pueblo de baja clase social que hubiera visto antes.

"Ese es el pueblo al que nuestros padres siempre solían venir."

"Nunca lo habíamos podido visitar antes."

"Ya veo, como sea, comeré algo antes de partir."

Era una pena que lo tuvieran que conocer bajo estas circunstancias, quizá haberlo visitado con sus padres hubiera sido mejor.

Tome unas frutas de mi mochila, las cuales eran altas en azucares y la comí. De ese modo no me desmayaría.

Usar mi magia nueva realmente era agotador, en este momento usar llamas normales o fuego fatuo ya no era tan cansado.

Caminamos un poco hasta que finalmente llegamos al pueblo.

Ver a la gente caminando por todas las calles dando vida al pueblo era reconfortante, me sentía como en una ciudad de algún RPG. Ni siquiera Kyouko era capaz de dar ese sentimiento, aparentaba ser más algo sacado de un libro.

Lastimosamente no estaba en este lugar de vacaciones, ni mucho menos por diversión. De hecho no sabia cual era la posibilidad de que alguien pudiera reconocerme, por lo que tendría que andar con cuidado e intentar llamar la atención lo menos posible.

"Vamos niñas."

"Si."

"Sii."

Me puse la capa y el gorro para cubrir mi rostro, de ese modo nadie me reconocería, solo pasaría como un aventurero misterioso. Hasta este pueblo parecía recibir la visita de ocasionales aventureros.

Estuvimos caminando hasta llegar al centro del pueblo, las niñas parecían un poco cansadas. A pesar de todo, no ponían ninguna queja, en cuanto tuviera la oportunidad tomaríamos un descanso.

"Niñas, ¿quieren esperarme aquí un momento?"

"¡No!"

"Iremos con el amo."

No era agradable escuchar eso, intentar recolectar información seria dificulta con las niñas, además de que había visto anteriormente un lugar donde podría obtener algunas cosas interesantes, pero probablemente las niñas no podrían entrar.

Estábamos en el centro de la ciudad y había muchos niños jugando, no era peligroso dejarlas aquí, además de que toda la gente parecía ser muy amable, dudaba mucho que alguien pudiera hacerles algo.

"Por favor, si me esperan un momento, les prometo darles una recompensa."

"Mmm..."

"Si insistimos en ir, ¿seremos una molestia para el amo?"

Las niñas tenían rostros muy pensativos, quizá por fin estaban pensando un poco en mí, o tenían algún motivo oculto. Al final no tenia modo de saberlo.

"Me resultara muy difícil si me acompañan, pero no estoy planeando abandonarlas."

"En ese caso, esperaremos."

"Todo sea por no incomodar al amo."

Me resultaba un poco contraproducente que dijeran eso ahora y no cuando rechace su petición de acompañarme, pero bueno. Las niñas tampoco lo tenían fácil.

Héroe de otro mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora