Héroe de otro mundo

Capítulo 31: Agradecimientos

 "Has despertado."

"Esto me esta empezando a molestar... anciano, ¿dónde están mis cosas?"

"Te las traeré en un momento, ¿pero ya estas listo para partir? Aún no te has recuperado del todo."

Parecía que el anciano en ocasiones me subestimaba demasiado, estas heridas superficiales no eran nada para mi llama azul. Claro, si es que me encontraba en condiciones de usarla, era bastante desgastante.

"Dime, ¿cómo lo has hecho?"

"¿Qué cosa?"

"La llama, no pareces algún tipo de mago y ciertamente no usaste ningún catalizador."

Ah... mi magia.... Eso era información clasificada, de hecho estaba molesto por haberla mostrado, era mejor mantener ese as bajo la manga.

"No se de que hablas."

"La verdad jamas fui un aventurero y aun hay muchas cosas que desconozco, pero no nací ayer muchacho, eso que hiciste antes.... Estoy bastante seguro de que un mago normal no podría hacerlo."

"Simplemente recibí otro entrenamiento.... Es mucho más común de lo que puedes imaginar."

"¿Común?....Dices...."

No estaba nada preparado para recibir un interrogatorio, así que entre antes pudiera dejar este lugar mejor.

"Me voy."

"Espera, aun no estas curado del todo...."

"No me importa."

"Además, el pueblo no te lo ha agradecido."

¿Agradecerme? Solamente actué por que estaba en el lugar, de otro modo no me hubiera importado mucho. Tenían que dejar de agradecerme por mi actuar con fines egoístas.

"Tampoco estoy interesado, saldré por la puerta trasera."

Aunque tampoco estaba seguro de que en realidad existiera una puerta trasera, pero en ese caso simplemente haría una.

"¿Puedo preguntarte por qué esa actitud?"

"No."

"Ya veo..."

"Me voy."

"Por lo menos permíteme traerte tus cosas."

En el fondo sabía que me estaba comportando como un idiota, y mas sabiendo que estas personas no tenían nada que ver con mi desgracia, pero no podía evitar actuar de otro modo. Entre menos supieran de mi, mejor para ellos.

"Esta bien."

"Vuelvo en un segundo."

El anciano dejó la habitación, mientras yo aprovechaba para calentar un poco. Necesitaba volver a estar en forma.

¿Cual era el punto de pasar días o semanas recuperándome, para lastimarme en unos segundos?

"He vuelto, aquí están tus cosas."

"Gracias."

Me puse de vuelta mi capa mientras agradecía que todo hubiera terminado.

"¿Tienes puerta trasera?"

"Si, está por el corredor a la derecha."

"Gracias."

Finalmente salí de la casa y corrí toda hasta en bosque en la fría noche.

"¡Ah! ¡Por fin!"

Finalmente había terminado todos mis pendientes, al siguiente amanecer podría partir en busca de esa dichosa diosa.