Cry baby. JOHNTEN

#11

No podía definir con exactitud la sensación que tenía en ese momento, posiblemente se apegaba a la sorpresa e incrédulidad.

—No entiendo por qué... Si alguien me ve contigo van a sospechar. —

—Sí, pero vamos a inventar una historia lo suficientemente creíble, si nos ponemos de acuerdo no habrá por qué tener dudas. —John estiró su mano y la posó sobre el hombro de Chittaphon. — Además... Hay algo más que necesito pedirte.

—Pedir cosas se está volviendo común entre nosotros.—chittaphon soltó una risa cansada, pero asintió. — Dime qué es.

John tenía una extraña expresión en su rostro, como remordimiento y Chittaphon no quería imaginar lo peor ante eso.

—Necesito grabar tu vida social en la escuela. — Chittaphon parpadeó confuso. — Hablé con el presidente del salón, DongYoung, él me comentó tu situación, cómo te molestan por causa de tu hermana y hermano, que te agreden e incluso hay profesores en eso.

—Pero John...—

Sabía que era descabellado pedir algo así, pero necesitaba más pruebas, testimonios de ser posible, pero por lo muy asustados que estaban todos en la institución parecía que nadie iba a querer ayudarlos con su causa.

—Te prometo que no será por mucho tiempo, además, siempre que se ponga grave la situación, iré a ayudarte. —

—Quieres decir que deliberadamente debo dejarme golpear...—

—Chittaphon. —John lo llamó, este lo miró y entonces el agarró sus hombros, viéndole de cerca y directamente, se sentía extraño estar de ese modo. — Yo estaré ahí siempre, no dejaré que nadie te haga más daño, si hago esto ahora es para acabar con el problema de raíz, ¿En serio crees qué está bien que todos esos idiotas queden libres después de haber abusado de una persona inocente?

Chittaphon negó cabizbajo.

—Solo vamos a grabar algunas cosas, después de eso no volveré a permitir que nadie ponga un dedo sobre ti. —

El finalmente pudo mantener la mirada de John, era difícil creer en sus promesas, pero algo dentro de él le decía que no estaba mintiendo y que posiblemente él lo iba a sacar de ese infierno.

Era su último año, claramente lo mejor sería terminar y luego irse, terminar sus estudios en otro lugar no sería tan fácil.

—John, no se si esto sea una buena idea, pero voy a confiar en ti. —

El americano sonrió satisfecho, sin poderlo evitar había abrazado el cuerpo pequeño del tailandés y ante la sorpresa de este, se alejó, sus rostros estaban nuevamente sonrojados por el inminente contacto.

John carraspeó y se levantó.

—Por ahora voy por la comida, no creo que quieras volver al sótano por ahora, así que... Espérame. —

Chittaphon asintió, lo cierto es que no querría ir ahí de nuevo, pero lo más probable era que después de comer tendría que volver a su apestosa colcha.

Por el momento iba a disfrutar su libertad.

Admiro el hogar de John en ese tiempo, era pequeño pero acogedor, un lugar hecho para dos personas, aunque no había mucho amueblados, eso le parecía curioso, la sala solo basaba en el sofá donde estaba sentado y un pequeño televisor, mientras que el comedor desde donde tenía poca visibilidad se abastecía de una mesa y una nevera.

John llegó segundos más tarde con la comida en su mano, de pronto no parecía que le importara tanto si tenía alguna intención de huir.

—Ven, vamos a comer en la mesa. — Chittaphon asintió, nuevamente tambaleante se levantó y avanzó a pequeños pasos hasta el. — ¿Aún te duele?