#08

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Estaba aturdido después de haber despertado, solo por el hecho de que el sol entraba por la ventana el intuía que serían las ocho o nueve de la mañana, aunque a diferencia de la mañana anterior no se estaba muriendo de frío, notó entonces que su cuerpo esta vez estaba cubierto por un par de mantas bastante más gruesas, además de que su rostro se sentía limpio.

Trato de incorporarse poco a poco en el colchón, buscando acomodar todas las ideas en su cabeza, lo que le había relatado John y la posibilidad de que su padre fuese un asesino.

Nada de eso tenía sentido, tampoco pudo llegar a una conclusión cuando la puerta del sótano fue abierta, John entró entonces, traía una bandeja en sus manos y una expresión seria, pero pacífica.

En silencio el se sentó al borde de la colcha nuevamente y dejó la bandeja a su lado dónde había un vaso de leche y unas tostadas con mermelada.

Chittaphon enarcó una ceja.

—¿Ahora serás bueno conmigo?—

—Te traje de comer la primera vez también, pero no pudiste comerlo porque seguías paralizado. —

Y es que ciertamente su estomago llevaba más de cuarenta y ocho horas sin probar alimentos sólidos, y aunque con anterioridad había pasado hambre en su hogar no se veía privado de otras necesidades básicas, como por ejemplo ir al baño.

—Mi vejiga va a explotar. —John lo miró.

—¿Cuánto llevas sin ir al baño?—

—Desde que me trajiste aquí. —Habia una vaga posibilidad de que él hubiese mentido para que le sacara de allí, pero por la forma en la que apretaba sus muslos al parecer era real, suspiró.

—Se supone que mi padre haría esto. —

—Pues, lamento informarte que estuvo muy ocupado golpeandome para recordar que también soy humano. —

John suspiró, apartó la bandeja y se acercó al cuerpo del menor, debía buscar un modo de llevarlo sin liberarlo, pero no habían muchas ideas para esto.

Chittaphon lo miró con mayor desesperación en sus ojos.

—Maldicion. —Tuvo que inclinarse y tomar el cuerpo del chico en sus brazos, cual novia fuese, descubriendo entonces que su cuerpo era simplemente huesudo y ligero, sin embargo no dijo nada más, mucho menos lo miró en esas condiciones cuando salió con él de sótano en dirección al baño.

Hasta ahora Chittaphon notaba que él hombre llevaba el uniforme de la escuela.

—¿Podré volveré a estudiar?—

La pregunta ciertamente descolocó a John, quién no tenía la menor idea de que sucedería mañana, ¿Cómo podría darle una respuesta de algo que pasaría en unas semanas? Considerando que su padre al volver probablemente lo haría desaparecer de cualquier modo, Chittaphon era una potencial víctima y testigo de todo.

Supo que el silencio de John era una respuesta negativa, por la misma razón no dijo más, la decepción ya se había apoderado nuevamente de él.

Una vez en el cuarto de baño John lo acomodó frente a él escusado, dispuesto a abandonar el lugar, s

in embargo la voz del chico le detuvo.

—Necesito usar mis manos. —

Claramente eso no era una opción, de hacerlo el chico podría tomar medidas, y aunque en sus condiciones no era un contrincante digno para una pelea, bien que podría causarle un par de heridas.

—No soltaré tus manos. —La pronta cercanía del hombre con su cuerpo estremeció a Chittaphon, más aún cuando él lo rodeó por detrás su bajo su pantalón junto a su ropa interior sin querer verlo.

Cry baby.  JOHNTENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora