#21

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La cena había estado sin duda deliciosa, Chittaphon era incluso mejor cocinero de lo que jamás se imaginó.

Durante toda la cena no había dejado de elogiar su comida aún siendo algo tan simple, incluso se repitió, gesto que había hecho bastante feliz al tailandés, le agradaba ser de ayuda.

—Hay algo que debo contarte. —Fue entonces que John rompió el perfecto silencio que ambos habían creado, Chittaphon se tensó.

—¿De qué se trata?—

—Bueno... Mí papá quiere visitarnos. —¿Por qué esto sonaba extraño? Cómo si le explicara a su novia que su suegro desagradable iba de visita y que debía aguantarlo. — Quiere... Bueno, ver cómo vivimos y si la seguridad es suficiente.

—Oh...— ¿Qué más podría decir? No tenía buenos recuerdos del hombre, la primera vez que lo vio le había inyectado algo y adormeció todo su cuerpo, después de eso le había golpeado y de no ser por John no sabría que habría pasado.

Al parecer el americano entendió bien su silencio, porque por sobre la mesa estiró su mano y tomó la ajena con fuerza.

—No te hará daño, mi padre... Tiene mucho odio hacia el tuyo, y que te hayas parecido a él cuando joven solo lo hizo ver alucinaciones estúpidas. — Chittaphon seguía sin parecer convencido con esto.— Hablé con él, en verdad él piensa que nos has brindado muchísima ayuda y se siente arrepentido por lo que sucedió.

—Creo que me cuesta un poco confiar en eso, John, pero...—Se sintió más reconfortado cuando Chittaphon apretó su mano, gesto que lo hizo sonreír. — Yo sí confío en ti, y si tú confías en el, está bien para mí.

—Gracias Chittaphon, por ahora, puedo hablarte un poco de él, ¿Qué tal?—

—Eso sería estupendo. —

Chittaphon no dejaba de lucir algo contrariado por la próxima situación a la que se iba a ver expuesto, pero John hizo todo lo posible para señalar los aspectos más positivos del hombre, llegando en más de una ocasión a repetir que el odio de su padre era simplemente por el hecho de que se parecía a  Attaphan, él, cómo Chittaphon no tenía nada que ver en esa situación de odio/venganza.

Más tarde y luego de una abundante charla, John ayudó a quitar los platos de sobre la mesa y Chittaphon los lavó, próximamente el americano se volvió a sentar en el sofá para continuar trabajando con la laptop y Chittaphon se sintió nuevamente inútil.

Cómo un gato comenzó a aventurarse por cada rincón del pequeño edificio (cosa que no había hecho hasta hoy) lo que lo llevó a esa pequeña sala que John usaba como cuarto.

Sus cosas seguían dentro de la maleta, probablemente por la falta de espacio, y entonces sus ojos se fijaron en ese diminuto sofá que tanto le tentaba a probarlo.

Se sentó ahí, buscando acomodarse una y otra vez.

Nada, era tan incómodo como se veía a simple vista aún cuando era más grande que el que estaba en la sala, incluso manteniendo los dos pies en alto no había forma de sentirse remotamente cómodo, era imposible dormir ahí.

—¿Qué se supone que estás haciendo?— La voz de John y su presencia en el umbral de la puerta le arrancó un salto del susto y se levantó más que rápido, adoptando una posición más normal.

John lo miraba con los brazos cruzados y una sonrisa divertida, él no estaba molesto.

—Nada, yo estaba... Creo que podría estar muy cómodo aquí. — John enarcó una de sus cejas, llevaba un rato observándolo en silencio, conteniendo la risa por esos sonidos que salían de sus labios al no obtener una buena postura, sin éxito.

Cry baby.  JOHNTENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora