#15

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Tenía claro que John se sentía en deuda con él, que posiblemente le iba a brindar toda la ayuda económica necesaria, sin embargo jamás espero que llenara una mesa de hamburguesas grasosas, más de las que probablemente ambos podían comer.

O eso pensó, pero al ver al hombre devorar una tras otra supo que su apetito era enorme, por su parte había disfrutado la primera y la segunda, la tercera la comió apenas y para la cuarta ya no podía más, incluso la tercer había sido demasiado.

John por su parte guardó el resto para comerlas en casa, hasta ahora había notado también que el americano solía siempre traer comida comprada a casa, lo que le hizo cuestionar cuando iban de vuelta en el taxi.

-¿No sabes cocinar?-

La pregunta paralizó al hombre, Chittaphon podría jurar que hasta lo ofendió de no haber visto la sonrisa tímida en sus labios segundos más tarde.

-¿Qué te hace pensar qué no se hacerlo?-

-Bueno, has llevado comida comprada siempre, o tal vez no tienes tiempo de cocinar. -John rió.

-Tienes razón, no sé cocinar. -

-Se invierte mucho dinero comprando comida, además tenemos muchos alimentos en casa, deberías ahorrar un poco. -

-¿Me estás sugiriendo qué aprenda a cocinar?-El rostro de John se había deformado en una expresión de horror, a lo que Chittaphon río y negó.

-Estoy sugiriendo que yo podría cocinar, soy muy bueno ¿Sabes? Cocino desde los ocho años. -

No sabía si la declaración lo había sorprendido o entristecido, imaginar a un pequeño niño teniendo que preparar su propia comida o la comida de todos sus "familiares"

John habría deseado estar ahí, no solo para ayudarlo, sino para quizá envenenar a todos los imbéciles.
La idea lo hizo reír.

-¿Te burlas? Realmente soy muy bueno. -

-¡No es eso! Yo... Estaría feliz de que cocines para mí. -

Una vez de vuelta en el departamento, ambos se encargaron de poner las cosas nuevas en sus respectivos lugares, notando que les faltaba bastante espacio por lo que otras tantas se quedaron en las bolsas para cuando sea necesario usarlas.

Se les había hecho tarde organizando, habían acabado a eso de las siete de la tarde, donde Chittaphon al fin pudo tomar asiento en el sofá de la sala y John se sentó a su lado con su computadora portátil en sus manos.

Quería saber que hacía, pero no se atrevía a preguntar, era probable que nada de eso fuese de su incumbencia y además no quería verse más sumido en todo ese embrollo, por lo que solo echó su cabeza hacia atrás y cerró sus ojos.

John era esta vez quién lo miraba.
Abusando de que él tenía sus ojos cerrados se tomó el tiempo de escrutar cada centímetro de su rostro con sus ojos, tenía varias heridas en él, y así fue bajando hasta sus manos descubiertas, observando en ellas esas pequeñas cicatrices que había logrado tocar al tomar ambos sus manos, pero que ahora comprendía de donde provenían.

Quemaduras.

El posiblemente había aprendido a cocinar sin ninguna supervisión o ayuda, la idea le asfixiaba y apretaba justo en el pecho.

Tan metido estaba en sus pensamientos que al alzar su mirada se ruborizó violentamente al ser sus ojos enfrentados por los del chico.

-¿Por qué me mirabas?-

Silencio.

¿Que debía decir en un momento así? No era como si se pudiese hacer el tonto, estaba claro que lo miraba.

Cry baby.  JOHNTENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora