Primero lo ético, después lo moral.
Con solo verlo pasar por la puerta principal lo encontró casi perfecto. Es atractivo, tiene la mirada determinada y un aura masculina. No aparenta ser mayor, pero tiene lo suficiente para ejercer como docente.
¿Qué lo hace casi perfecto? Igualmente, su apariencia, esconde mucho su belleza detrás de unas gafas de pasta, su mochila negra y una camisa perfectamente fajada y planchada, todo un hombre ñoño.
Alejada del hombre y sentada con la espalda pegada a una columna del edificio, Mikasa Ackerman esconde su mirada sombría detrás de su libro que apenas ha podido leer desde que llegó a su facultad. En silencio observa al recién llegado y en cuanto él decide acercarse a un aula en específico, ella vuelve a bajar la vista en El amante japonés.
Nunca le había visto por ahí, debe ser un profesor nuevo. Después de asomarse por la ventanilla de la puerta, voltea a verla.
Mikasa le imita y ante el silencio incomodo solo se limita a sonreírle.
– ¿Aula 8? – le pregunta a la chica mientras señala al salón vacío más próximo a ella.
–Aula 8– confirma.
– ¿Alumna del aula 8?
–Alumna del aula 8– repite.
Asiente con la cabeza, abre la puerta y le indica que pase.
–Entonces, buenos días– saluda lo más serio posible, pero Mikasa puede observar un pequeño tic nervioso en sus manos. No es necesario que quiera ser educado tan temprano, la mayoría saluda hasta que el grupo completo esté presente.
Cierra sin prisa su libro, se levanta y camina hasta su respectiva aula.
– ¿Profesor nuevo? – pregunta la chica a medio camino.
–Profesor nuevo– afirma él.
–Bienvenido entonces– fue lo último que dijo Mikasa antes de tomar asiento.
–Tch. Que tierna– susurra mientras ella se sorprende por el comentario, no sabe si tomarlo como sarcasmo o un halago.
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La regla de oro
FanfictionToda mujer tiene derecho a enamorarse libremente, pero los hombres casados están prohibidos. Enamorarse o engatusar a uno de ellos es traición hacia la sociedad femenina, o eso es lo que declara la regla de oro que inculcaron a Mikasa desde pequeña...