Suertuda sin amuletos.
–Acabo de ver a mi tipo de hombre en el estacionamiento– comentó una ejecutiva quien recién llegaba con café en mano.
En su tercer día, Mikasa ha comprobado que esa chica es del tipo parlanchina y hace menos a los practicantes en general, personalidad contraria a la de tierna de Rachel; aunque admira mucho su estilo de vestimenta de tendencia, algún día quiere vestirse como ella.
–Para ti todos son guapos, Diana– renegó otra chica, Mikasa la reconoce como Karen, la más centrada en cuanto al trabajo.
–Pero este supera a los guapos que he mencionado– argumentó Diana–. Ojalá se quede para siempre en el estacionamiento.
Mikasa la mira de reojo, ve el rostro de Diana lleno de ilusión y se recuerda a ella misma en las primeras clases de Levi; pero hay algo diferente en ella... no sabe cómo explicarlo. Es como decir que ella está cansada de esperar a esa persona especial por lo que se fija en cualquiera y cada vez que lo hace, es una nueva esperanza que le hace feliz. No quiere llamarle "urgida", sino que lo interpreta como una situación con más sentimiento.
Siente pena por Diana, pero sabe que algún día llegará el correcto para ella. No le agrada del todo, pero eso es lo que le desea de corazón.
Su turno por fin ha terminado, puede retirarse. Mikasa guarda sus cosas, se despide de Rachel con un simple "hasta mañana" y sale de la agencia a paso lento. Si pudiera, le gustaría quedarse toda la jornada completa, pero no hay pago alguno. No hay razón para que lo haga.
Se coloca sus audífonos y reproduce "Lucky ones" mientras camina hasta la parada de autobús más cercana. Sin buscar algo en concreto, observa con detenimiento los autos estacionados. Se siente incrédula al imaginarse a la orgullosa Diana enamorándose de un desconocido saliendo de su auto.
¿Qué tipo de hombre le gustará? Por el estilo trendy(1) que se carga, supone que su hombre ideal debe ser de estilo parecido o aún más elegante.
Cuando dirigió su mirada hacia enfrente, un vistazo fugaz le hizo creer ver una ilusión en concreto. Se detuvo asustada, tragó en seco y volvió a mirar hacia el estacionamiento. No era su imaginación, en verdad su "ilusión" estaba ocurriendo, más bien estaba ahí.
Se retiró sus audífonos y se mantuvo quieta. ¿Cuánto tiempo tendrá observándola?
Levi se encontraba recargado en su auto y la estaba mirando de forma picara, seguramente disfrutando el rostro de sorpresa que tiene Mikasa.
Cuando él alza ambas cejas como señal de atención, ella siente su rostro sonrojarse y sonríe torpemente.
Este encuentro le hace recordar aquel que tuvieron bajo la lluvia y compartiendo un paraguas y galletas de avena. Sonríe ante la ironía de descubrir que Lana del rey también estuvo involucrada en aquella ocasión.
Mikasa por fin decide moverse y se dirige tranquila hacia el auto de su exprofesor. Él sonríe y abre la puerta del copiloto invitándole a entrar. En cuanto percibe ligeramente su colonia, la piel se le eriza. Le encanta su aroma.
A diferencia de aquella ocasión en su facultad, ahora este encuentro es más íntimo. Con delicadeza toca la mejilla derecha de Levi a lo que él dudoso y con una pizca de timidez toma su mano y le acaricia con su pulgar.
Los ojos azules grisáceos sin fondo de Levi la miran con ternura y la envuelven nuevamente en esa sensación de ligereza.
–¿Cuánto tienes esperando? – preguntó preocupada y cortando contacto–. Yo nunca te mencioné mi hora de salida.
–Supongo que hora y media, casi todas las oficinas tienen el mismo horario.
"Oficina", esa palabra le hace recordar que él también tiene un trabajo el cual debe cuidar para ganarse la vida.
–¿Escapaste de tu trabajo o algo así? – se niega a entrar al auto y se aferra a la puerta.
Levi puso los ojos en blanco en gesto malhumorado.
–No, tengo más horas de comida de las que uno pude utilizar para "comer". ¿Vas a subir o no?
No quiso molestar más a Levi y subió deprisa al vehículo sin saber a dónde se dirigían. Una vez sentada se hizo preguntarse si acaso Petra no notará su ausencia en las horas libres. ¿Comerán juntos? ¿Ella lo visitará en su oficina?
Cuando por fin Levi subió al auto y le acarició sus cabellos. Nerviosa, busca el cinturón de seguridad a lo que él puede observar la mano temblorosa de la chica.
–¿De nuevo nerviosa? – pregunta neutral.
Mikasa se apresura en abrocharse el cinturón y mirar hacia enfrente sumamente sonrojada.
–No...– responde con voz temblorosa.
Su sola presencia aun le intimida hasta la última célula de su cuerpo. Se siente tan pequeña y débil ante su presencia y su joven vida inexperta le hace dudar de cada acción que hace, por más cotidiana que sea.
Él busca su mano y entrelaza sus dedos con los de ella.
–Siendo honesto...– apretó delicadamente la mano de Mikasa–. También estoy nervioso.
Ella corresponde el gesto y le mira con ternura.
–¿Acaso nunca habías salido con una chica? – pregunta sarcástica.
–Sí, pero nunca con una que fuera mi amor imposible.
Mikasa suelta su mano y se tapa su rostro avergonzada. Si esto es una trampa para atarla en cuerdas como títere, pues claramente esto tiene resultado.
–*–*–*–
(1) Estilo Trendy: Simple, es aquel que sigue tendencias de moda actual.
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La regla de oro
FanfictionToda mujer tiene derecho a enamorarse libremente, pero los hombres casados están prohibidos. Enamorarse o engatusar a uno de ellos es traición hacia la sociedad femenina, o eso es lo que declara la regla de oro que inculcaron a Mikasa desde pequeña...