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No eres como las demás. Mentira.

Su nombre es Levi Ackerman, treinta y tres años y es su primera vez como profesor. Le gusta los problemas matemáticos, espera estudiar una maestría y tiene un trabajo en una respetada marca industrial que le ha permitido viajar por el mundo. ¿Porque es maestro si tiene un empleo genial? Para mejorar cualidades y liderazgo. Además de recibir dinero extra.

¿Qué espera aprender en este semestre dentro de esta materia? Ser un buen profesor y un buen ejemplo para sus alumnos.

¿Cómo se visualiza en un año? Presenciar su graduación y como reciben su futuro profesional con éxito.

Una simple presentación inspiradora y con aplausos eufóricos como resultado.

Ahora era el turno del grupo de presentarse. Cada uno mencionó su nombre, edad y las mismas últimas dos preguntas que acababa de responder el profesor. Una rutina típica, pero siempre con diferentes respuestas a cómo van cambiando el semestre.

La mayoría respondía a esas preguntas con cosas similares: esperan aprender lo que se plantea de la materia, entender por completo todo lo relacionado con ella o aprobatla sin llorar todo el semestre; se visualizan en un año graduados, con carrera plena, negocios propios, viajar por el mundo o hasta tener una familia.

En cuanto llegó su turno, Mikasa mordió sus labios mientras se ponía de pie y sentía todas las miradas fijas en ella. En especial la del profesor, era tan penetrante e intimidante que le hizo dudar lo que estaba a punto de decir. No estaba segura si debía, pero si no se escuchaba decirlo... tal vez no

–Lo que yo espero con esta materia es conocerla lo suficiente para saber si se involucrará con mi meta profesional... pues yo me visualizo en un año comenzando con la búsqueda de mi sueño, quiero ser artística, me gusta el arte. Quiero asociar mi carrera con el arte. Volver a estudiar si es necesario, sobrepasar a mi actual yo.

Bajó la mirada mientras tomaba asiento y escuchaba susurros sobre lo rara que podía llegar a ser.

–Wow, me encanta. Me inspiras, Mikasa– escuchó levemente a su amiga cerca quien toma asiento detrás de ella, Sasha Blouse.

–Nada mal– la voz potente de Levi se hizo presente–. Superarse, eso es uno debería esperarse. En cuanto lo del arte, suena muy incompatible con lo que enseñan en la carrera, pero... ¿A quién le importa? A la mierda con todo, hagan lo que les plazca, aunque sea algo pendejo, pero que les ayude en su vida diaria.

Mikasa baja la cabeza y trata de ocultar su sonrojo. Sí, no es como los otros. Mal hablado y antipático, pero inspirador. 

La regla de oroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora