Capítulo 1.

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Bufé con fuerza, aquello había terminado por hartarme

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Bufé con fuerza, aquello había terminado por hartarme. Hace dos horas aún tenía la esperanza de que pronto bajarían el volumen de la música, pero después de escuchar que el sonido se intensificó entendí que eso nunca pasaría.

—No puedo más—dijo Ryujin molesta mientras se ataba el cabello en una coleta.

Negué con la cabeza al verla tan decidida a salir y hacerlos callar. Así era ella, un tanto explosiva. Llevábamos dos años de conocerla, todas sabíamos que si se encargaba de ir nos metería en un grave problema.

—Estoy harta...—agregó, esta vez caminando hacia la puerta.

—No, espera—Dani se acercó a ella y tiró de su brazo.

—Suéltame—le ordenó Ryujin.

—No, tu no irás

Estaba nerviosa, no tenía motivos para ello, en realidad sólo se trata de ir a pedir que bajaran el volumen de la música a quiénes estuvieran ensayando "¿Qué podía salir mal?"

Tiré mi cabeza atrás y solté el aire de mis pulmones.

—Yo iré—dije un tanto resignada interrumpiendo los gritos de ambas.

Dicho eso salí del salón y pensé en un rápido plan, primero tenía que saber que diría y segundo, cómo lo haría "¿Para que hago esto?" Pensé pasando mi cabello detrás de las orejas.

Me acerqué a uno de los salones y eché un rápido vistazo por la puerta de cristal. "Deben ser ellos" pensé al ver a un grupo de chicos bailando con la música a tope. Estaban tan concentrados para notar de mi existencia.

—Bailan bien—dijo Dani recargándose sobre la puerta provocando que me alejara unos centímetros de ella sobre saltada.

—Y parecen sacados de una revista solo mir...—agregó

Entonces sucedió algo que no estaba dentro del plan creado hace menos de cinco minutos. La puerta se abrió llamando la atención de los chicos. Aunque a diferencia mía Dani pudo escaparse del vergonzoso momento. Ninguna de las dos dijo palabra solo nos miramos con los ojos hechos platos.

Ya no podía hacer nada, no había vuelta atrás.

Trague saliva y finalmente me atreví a levantar la mirada e intenté parecer lo más tranquila posible, pero eso cambió cuando uno de los chicos caminó hacia mi.

—Hey ¿Pasó algo?—preguntó confundido el chico con hoyuelos después de bajar el volumen del equipo de música. No culpaba su gesto, había abierto la puerta de un golpe en pleno ensayo.

—Solo me equivoqué de salón

Desvíe la mirada esperando escuchar su risa pero para mi sorpresa el simplemente se limitó a cruzar sus brazos y asentir con lentitud, cosa que agradecí internamente.

Slash ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora