Capítulo 13. Las reglas

53 13 9
                                    

El profesor Lee gritó molesto provocando que nuestra manager se girara a mirarnos y caminó decidida hacia a mí con el ceño fruncido.

No tenía muy claro como las cosas habían cambiado de un segundo para el otro. Extrañada por la situación me quede helada sin saber que hacer.

—¡Sabes las reglas!—dijo nuestra manager lo suficiente fuerte para llamar la atención de todos los demás trainees que se encontraban en el pasillo.

Apreté mis párpados con fuerza y eché la cabeza hacia atrás rompiendo con el contacto visual de Taehyung y Seokjin cuando sentí la mano de la manager tomando mi brazo con fuerza, encaminándome hacia el salón de ensayos.

—Sabes que está prohibido que hables con personas del sexo opuesto—dijo nuestra manager  aún manteniendo mi brazo adolorido.

¿Ahora que haré? De pronto escuche sus irreconocibles voces pidiendo disculpas, quizá a el profesor aunque no lo sabía, yo estaba siendo llevada a otro lado.

—Todavía no debutas—gritó y me soltó de un movimiento brusco en el momento en que llegamos al salón de ensayos—No entiendo cual es tu problema si sabes las reglas.

—Lo sien...—no termine de hablar porque me interrumpió.

Nuestra manager me miraba con desprecio manteniendo sus brazos cruzados con la cabeza levemente inclinada.

—No te disculpes, debes seguir las reglas—me gritó posicionándose frente a mi—vas a dejar de correr cuando yo te diga, si te escucho una queja será el doble de ejercicio y...si paras de correr no debutaras.

Abrí mis ojos de par en par sin poder creer lo que escuchaba.

Con un suspiro de resignación acepté que no había nada que pudiera hacer ante la situación. Todo había sido mi culpa, no debí haber dejado que ni Taehyung o Seokjin se acercara a donde estaba, aún menos cuando estábamos en el pasillo en donde podíamos ser vistos.

—Cuando escuches el sonido del silbato comienzas a correr, sin excepción.

Aparté el cabello de mi cara y comencé a correr cuando escuché el agudo sonido por todo el salón.

—¡Más rápido!—repetía constantemente al ritmo del silbato—¡Piensa mejor las cosas! ¡Debes seguir las reglas!

Mis piernas se movían en la máxima velocidad que era capaz y mis ojos picaban por el sudor que caía sobre ellos. Quería soltar en llanto, pero no podía. Trague saliva con dificultad y me obligue a mí misma continuar corriendo.

Solo una vuelta más...

La última...

—¿Qué debes hacer?—me preguntó gritando.

Tú puedes...

—Seguir las reglas—contesté con dificultad para respirar.

No sabia cuánto tiempo llevaba corriendo cuando escuché la indicación de nuestra manager dándome a entender que podía dejar de correr.

Paré en seco recargando el peso de todo mi cuerpo sobre las rodillas en un intento de no caer al suelo.

—Debes limpiar la primera sección de los salones—me miró por encima del hombro y salió por la puerta dando un sonoro portazo.

Slash ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora