Capítulo 9. Perdida en mi corazón

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A veces la vida da un giro de trescientos sesenta grados y todo lo que solíamos conocer, pensar o tener parece lejano, confuso e incluso irreal. Mi vida estaba hecha un desastre, las cosas estaban cambiando y no sabía cómo arreglarlo, no tenía ni la menor idea.

Sentía un vacío en mi corazón y mi estómago estaba revuelto al igual que todos mis pensamientos. Los cuales estaban enredados en mi mente, formando un nudo imposible de desenredar.

No podía dejar de preguntarme cuales habían sido las razones por las que me estaba pasando esto. Estaba sufriendo por amor y ahora, decepción. Nunca pensé que quien había robado mi canción era Seokjin. ¿Por qué lo había hecho? Me sentía perdida en la oscuridad, en mi corazón y perdida en mi misma.

Todo ese tiempo me la había pasado evitando cruzar palabra e incluso mirada con Seokjin, pero este último era imposible cuando él estaba a un frente mio y en ocasiones me volteaba a ver.

Mi celular vibró sobre la mesa en la que estábamos jugando, era un mensaje de Seyeol, continuaba insistiendo hablar conmigo. Apague la pantalla y hundí la cabeza en mis manos cansada de todo lo que me estaba pasando.

—Con esa mirada incómodas a la gente—musitó Taehyung a un lado mio.

Me limité a darle una sonrisa que parecía más una mueca. Uno de los chicos amigos de Hoseok, terminó su pregunta y todos señalamos a Taehyung, quien al instante se llevó su shot de soju a la boca, como el juego lo dicta. Básicamente trata de señalar quién crees que es más probable que haya hecho lo que la otra persona preguntó.

Me sorprendí al ver que no había hecho ningún tipo de gesto por el alcohol.

Continuaron las preguntas hasta que, esta vez la mayoría de la gente en la mesa me señaló cuando preguntaron «¿Quién creen que sufre de amor?»

Lo peor era que estaban en lo cierto. Tomé el shot que me acababa de servir Namjoon, o ese era el nombre que había creído escuchar y cuando el alcohol pasó quemando por mi garganta, arrugue mi cara y escuché aplausos por parte de los demás.

Abrí mis ojos y noté que Seokjin tenía sus ojos oscuros clavados sobre mi.

—Creo que alguien ha perdido la práctica—musitó Taehyung. Uno de mis dones o como lo decían mis compañeros viejos de escuela «poder» era mi resistencia al alcohol. Algo raro ya que nunca había sido aficionada de quemarme el tubo gástrico con bebidas.

El comentario de Taehyung me hizo soltar una carcajada que rápidamente callé al sentir los efectos del alcohol, en otras palabras me maree.

El juego continuó algunos estaban tranquilos y para otros la fiesta parecía un salón de risas. En mi caso, era parte de los que reían pero de inmediato, eso cambió cuando de nuevo fui señalada por la mitad de la mesa.

Bufé cansada estirando mi brazo por arriba de la mesa para beber mi perdición pero esta vez no tuve tiempo de tomar el vaso, porque Seokjin ya lo había hecho. Extrañada por la situación no tuve otra opción más que desviar la mirada al suelo al escuchar a todos gritando un poco.

Si creía que así lo perdonaría, estaba equivocado.

Seokjin alzo las cejas y parpadeó lentamente, arrugó su nariz y aun así no lucía nada mal. ¿Qué? Sacudí mi cabeza confundida antes de levantarme de la mesa.

 ¿Qué? Sacudí mi cabeza confundida antes de levantarme de la mesa

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