Capítulo 8. ¿Flores?

75 16 24
                                    

Era viernes por la noche y estaba tirada sobre mi cama con la máscara de pestañas corrida de tanto llorar. Tenía dolor de cabeza y mi corazón estaba roto en mil pedazos, Seoyeol mi novio, bueno ahora mi ex novio había terminado conmigo por mensaje de texto. Muy valiente de su parte ¿Verdad? No se que tienen algunos hombres que les parece normal hacerlo de esa manera. Idiotas.

Quité la almohada de mi cara cuando escuché la puerta de mi habitación abrirse, era Eunsoo con cara de pocos amigos y con un peinado que avisaba que no saldría de casa, en otras palabras llevaba un moño despeinado.

—¿Todavía no te desmaquillas? Ya deja de llorar, él no valía la pena—dijo poniendo los ojos en blanco, me miró y tomó otra de las almohadas tirándola sobre mis piernas.

Siempre muy linda Eun. Sabía que él no había sido el mejor novio, lo tenia claro pero aún así me dolía el hecho que ahora todo se había acabado, nuestro noviazgo se había ido a la borda.

Me limité a negar con la cabeza.

—No entiendo por qué a ti si te invitaron a la fiesta y a mi no—musitó cerrando la puerta en un sonoro portazo.

Me sobresalté levantándome de la cama de un solo golpe. ¡La fiesta! Lo había olvidado. Miré la hora en mi celular tenía una llamada perdida de Hoseok y quedaba una hora para arreglarme. Ay no. No tenía ánimos de ir sin embargo no podía faltar o quedar mal, empezábamos a ser amigos, lo repito, no podía faltar.

Eché un rápido vistazo a mi escritorio sin saber que le llevaría de regalo. ¿Flores? Mmm muy cursi.

—Eun, ¿puedes checar si queda piel de puerco? —grité desde el cuarto mientras buscaba la blusa que me pondría para la fiesta.

—Si...¿Harás de cenar?—contestó asomando su cabeza por la puerta, sacándome un susto. Pensé que seguía en la cocina.

—No, no haré de cenar —contesté entre risas.—es para la fiesta...oye...¿has visto mi blusa blanca?

—Mm ¿cuál ?—preguntó Eun con una taza de café recién hecha en su mano—la que tiene holanes?

—Sí.

—La usé ayer, lo siento.

Solté una risa que sonó más como sollozo, ¿qué me pondré?

Oprimí el timbre y en menos de cinco segundos vi al anfitrión de la fiesta, tenía una gran sonrisa en su rostro que de inmediato me contagió, aún más rápido que un resfriado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Oprimí el timbre y en menos de cinco segundos vi al anfitrión de la fiesta, tenía una gran sonrisa en su rostro que de inmediato me contagió, aún más rápido que un resfriado. 

—Ten póntelo—digo Hoseok entregándome un sombrero fiestero, una vez que me encamino a donde sería la fiesta, su terraza. La terraza era pequeña pero linda, tenía una que otra planta y había colgado una hilera de focos para animar el ambiente.

—Traje esto...¿si te gusta? No sabía que traer...

—Me encanta el puerco, ¡gracias!—dijo esbozando una gran sonrisa, mientras tomaba la bolsa de regalo celeste—Se que acabas de llegar pero ¿me ayudas con esas cajas de allá?

Slash ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora