La poca luz de los negocios no era de gran ayuda al intentar descifrar quién era ese chico que la sostenía de sus manos forzándola a que se mantuviera quieta. Apreté los puños y comencé a correr detrás de él ¿Cómo diablos puede hacerle esto?
Acto seguido el chico notó de mi presencia y comenzó a tirar del cuerpo de ella con fuerza y sin preocupación. Estaba volviendome loco al ver como la lastimaba.
Maldecí y aceleré el paso mientras lo perseguía dispuesto a recuperarla, de pronto él giró sobre la calle en dirección a la derecha y por último a la izquierda sin siquiera dudarlo, entonces entendí que esto habia sido planeado. Él conocía cada uno de los atajos y eso lo hacía llevar la delantera.
Luego una pareja pasó a nuestro lado y noté como él bajó la velocidad de sus pasos. Paré en seco confundido ¿Qué intenta hacer? no tardé en pensarlo y corrí lo más rápido que me era posible e inmediato me arrepentí, pues en una fracción de segundo él dejó a la vista lo que llevaba oculto sobre una de sus manos.
—Deja de seguirnos—me gritó.—o te vas a arrepentir.
—Suéltala—ordené mirándolo directamente a los ojos.
—¡No!—negó con la cabeza un par de veces luciendo asustado.
Un escalofrío me recorrió de arriba a abajo, cuando él llevó en un abrir y cerrar de ojos un pañuelo rojo a la nariz de ella para después cargarla con facilidad por encima de sus hombros y salir corriendo por la calle.
Escuché gritos de la pareja que al igual a mí estaban en pánico, creí escuchar que llamarían por ayuda pero no le di importancia ya que en ese momento lo único que me importaba era salvarla.
Me limité a correr tan rápido como pude hasta que él giró una vez más a la derecha y tal como lo esperaba llegamos a un barrio lleno de edificios descuidados, calculé cuánto tiempo tardaría en pasar aquel portón café, era imposible que no fuera a escapar, luego me arrojé hacia él provocando que los tres cayéramos al suelo.
Suspiré, tragué saliva y me giré a mirar un lado mío, allí estaba ella y afortunadamente no habia sido herida.
Me levanté del suelo como pude para después lanzar un golpe hacia la cara del chico que no habia dejado de intentar huir. Él se levantó y me dio un puñetazo sobre la mejilla provocando que sintiera como mi cabeza gritaba.
Rápidamente comencé a percibir el sabor a hierro en mi boca, es decir estaba sangrando. En eso el chico desconocido salió corriendo y a medida que se alejaba desapareció de mi vista por la calle. Saque mi celular del bolsillo del pantalón y llamé pidiendo ayuda.
Tras un par de minutos el servicio de urgencias llegó. Nos hicieron unas series de preguntas sobre el aspecto físico del chico, para mi sorpresa ella si lo conocía le dijo al policía que era Seyeol, su ex novio quien la habia estado siguiendo por días y ahora había intentado secuestrarla.
Por un segundo me quedé ahí petrificado al mirarla cabizbaja con su rostro lleno de pánico y dolor, pensé en preguntarle si estaba bien pero eso sería más que tonto, en su lugar me acerqué para darle un corto abrazo y de inmediato percibí el dulce olor de su perfume.
—Aquí estoy para lo que necesites, estarás bien—susurré cuando nos separamos.
—Gracias—contestó con un hilo de voz.
Llegamos al hotel antes que me diera cuenta, todo el transcurso lo había pasado pensando en ¿Por qué había hecho eso? y además estaba preocupado que ella estuviera bien. Ninguno de los dos habló en todo el viaje.
No me importaba que ya habían pasado muchas horas después del toque de queda, necesitaba acompañarla y asegurarme que estuviera salva. Por suerte el lobby no estaba solo.
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Slash ©
Teen FictionElla es decidida, aunque en algunas situaciones de la vida como en el amor, se comporta de una manera completamente diferente a lo habitual. ¿Puede una chica estar enamorada de dos chicos al mismo tiempo? Obra registrada en Safe Creative. Código: 19...